ARROLLADOS
El cuadro de Guardiola cae con estrépito ante el Liverpool en la ida de los cuartos de la Champions Mané, Salah y Firmino volvieron a ser imparables en una noche en la que Anfield rugió como nunca
La maldición del City perdura en Anfield, quince años después de su último triunfo, arrastrado por el vendaval de un Liverpool sin piedad, ávido por hacer valer su condición de local (3-0). Nadie mejor que la hinchada para demostrarlo, fiel a los suyos, estruendosa de inicio a fin. Ninguna otra noche reflejó mejor el rezo del himno: “Nunca caminaréis solos”. Subieron los decibelios y cobró vida el estadio, suficiente para arrollar al City y firmar una noche histórica diez años después en la ida de los cuartos de final de la Champions.
De entrada, sin embargo, el City se sobrepuso al escenario con personalidad, capaz de esconder el balón durante los primeros compases. Para ello, Guardiola se desdibujó adrede. Un sistema parecido al que ensayó días atrás, también en Liverpool, aunque frente al Everton. El técnico catalán apostó por Laporte en el lateral izquierdo y sacrificó a Sterling en beneficio de Gündogan, que a pesar de avanzar su posición le cedió el espacio exterior a Walker. De Bruyne acompañó a Fernandinho en el doble pivote y Silva se movió con libertad. Con esa asimetría quiso sorprender Pep a Klopp, aunque el entrenador alemán contempló cualquier variable del rival.
Diez minutos le costó al Liverpool aparecer. Cuando lo hizo, sembró auténtico pánico a un City que se fue difuminando a marchas aceleradas. Una pérdida de Sané inició el calvario del cuadro celeste. Alexander-Arnold buscó a Salah al espacio, el egipcio filtró el balón a Firmino y el ariete brasileño, con un disparo timorato, examinó a Ederson. Su compatriota salvó, pero el rechace quedó a expensas de Salah, que tras orientarse fusiló (11’). El golpe desconcertó al City, temeroso por revivir la pesadilla de hace un par de meses.
Lo peor estaba aún por llegar. Y eso que los hombres de Guardiola reaccionaron en una transición iniciada por Silva, conducida y rematada por Sané. El alemán, algo individualista, remató cruzado, mordido. Algo que jaleó la hinchada, protagonista por su incondicionalidad, tan decisiva como los once titulares. En volandas llegó el segundo para el Liverpool, obra de Oxlade-Chamberlain. El inglés aprovechó una falta de entendimiento entre Fernandinho y De Bruyne y conectó un remate potente desde la frontal, imposible para Ederson (20’).
El Liverpool sentencia en 30’
Arrodillado en el área técnica, sin encontrar explicación, Guardiola debatió con Domenech Torrent y Mikel Arteta, tan sorprendidos como el resto. Más aún cuando a la media hora Salah puso un centro con mimo para que Mané, el más bajito de la clase, cabeceara a placer (30’). Contra las cuerdas el City, en el momento más crítico de la temporada, Pep trató de recomponer al equipo en el descanso.
El City mejoró tras el paso por vestuarios. No era empresa difícil, teniendo en cuenta que durante el primer tiempo no llegó a rematar a puerta, siendo el equipo más goleador de Inglaterra. Entró Sterling acompañado de una tremenda pitada, pero a pesar del ambiente de gala el City no bajó los brazos, consciente de que un tanto les podía acercar a la eliminatoria. Pero el tanto no llegó, poco inspirado en los últimos metros, impedido el City ante una defensa colosal del Liverpool, que aguantó la renta de tres goles para viajar la semana que viene a Manchester con cierta tranquilidad.
El City, en el mejor momento del curso, sucumbió ante un Liverpool que a las órdenes de Klopp se cree capaz de todo. No es para menos, después de golear al equipo que mejor ha jugado a fútbol en Europa. Anfield se desató ante el pitido final. Las semifinales están más cerca, pero el Etihad tendrá la última palabra. En la ida, el Liverpool levantó el aplauso colectivo. El Rock n’Roll de Klopp se impuso al vals de Guardiola
El Liverpool atropelló al City y le dejó a las puertas de la eliminación