La Itzulia se viste de clásica belga
De Gendt y Jensen rozaron la épica con una fuga kilométrica en una etapa ajetreada que se llevó Jay McCarty
¿Quién dijo tranquilidad? Es una palabra que no aparece registrada en el diccionario de la Vuelta al País Vasco. Aquí en cada batalla hay tambores de guerra. No hace falta que sea en la lucha por el maillot amarillo. Una victoria parcial es oro puro. Muchos son los aspirantes, sin embargo solo uno puede subirse al podio. El agraciado ayer fue Jay McCarthy (Bora). Se llevó un sprint que estaba previsto, pero que no fue seguro hasta el último kilómetro.
La jornada en País Vasco se vistió de clásica belga. Solo le faltó el pavés. Por los nombres que lucieron bien parecía el Tour de Flandes o incluso la Paris-Roubaix. De Gendt, Juul Jensen, Kwiatkowski...
Arrancó en Bermeo, con mucho viento y sol. Oliendo a salitre. Finalizó en Valdegovía. Con lluvia. Sus carreteras son propicias para la épica. Existe una buena mecha para valientes como De Gendt (Lotto Soudal). El belga se juntó de salida con Juul Jensen (Mitchelton) e hicieron camino. Más tarde, se les unirían Canty, Smit, Sivakov, King y los guipuzcoanos Jon Irisarri y Aritz Bagües.
De Gendt se cansó de la armonía y puso patas arriba la fuga con un ritmo bestial. El único que le consiguió aguantar fue Juul Jensen. Los integrantes de la escapada original. Capicua.
El dúo de cabeza tiró como si no hubiera un mañana. Astana y Sunweb dejaron las primeras posiciones del pelotón por unos kilómetros y la llegada masiva ya no parecía tan clara. Aunque solo fue una ligera tregua. Volvieron a la carga y acercaron al gran grupo a un minuto de diferencia.
Incluso hubo espacio para el arcoiris. Debió ser el incentivo para que Kwiatkowski optara por probar fortuna. A dúo con De la Cruz. La locomotora del Sky. Cazaron a los de arriba para formar un poker de lujo. De Gendt, generoso a más no poder, tiró hasta que no tenía ni un gramo de fuerza. Luego cedió el polaco. Juul Jensen y De la Cruz fueron engullidos a tres kilómetros.
Era la única oportunidad para los velocistas; la mayoría de ellos en sus concentraciones invernales ‘tachan’ la Itzulia. No encajan. Solo unos pocos se atreven. McCarthy obtuvo su recompensa. El australiano se impuso a Riabushenko y a Kwiatkowski.
Los favoritos aparcaron sus diferencias para la crono de hoy (19 km) en Lodosa, que está diseñada para rodadores y especialistas