Reacción de Rahm, que se mete top 15
El vasco firmó la mejor vuelta (68) de una 2ª jornada complicada por el viento con el nº1 Dustin Johnson y totaliza 143 golpes
Era de esperar una reacción del número 3 del mundo en la segunda jornada del Masters de Augusta, muy complicada por el viento racheado que sopló en la sesión matinal, y lo cierto es que Jon Rahm respondió a lo que se espera de él esta semana y firmó al cierre de esta edición, la mejor tarjeta del día: 68 golpes, cuatro bajo par, que se explican así: un eagle descomunal en el hoyo 2 (pedazo de drive, hierrazo a green dejando la bola a 4 metros y putt a la cazuela), dos bogeys en el 4 y 7, y por la segunda vuelta del Augusta National cuatro birdies, dos de ellos en los pares 5 con lo que el de Barrika sacó ventaja de los hoyos más largos del campo, con un global de -4.
La vuelta de 75 golpes del jueves no hizo mella en el vizcaíno, que disputa su segundo Masters (fue 27º en 2017). Evidentemente, no era el resultado que buscaba, pero él miró más allá de los números y estaba tranquilo. Veía margen de mejora y recordó que el Masters no se gana el primer día, pero sí se puede perder. Vamos, que esto no es cómo empieza, sino como acaba. El juego estaba en su sitio y eso era lo más importante, como se demostró este viernes.
“La primera parte de recorrido ha sido correcta y luego me he dicho ‘concéntrate y no cometas errores’. El segundo golpe del hoyo 11 ha sido clave, dejar la bola tan cerca para birdie ha sido muy bueno. Si exceptuamos el mal drive del hoyo 14 creo que he jugado casi a la perfección, con las mismas sensaciones del primer día pero con la diferencia de que hoy me han salido las cosas”, declaró a Movistar Golf Rahm.
En el hoyo 11, con una posición de bandera corta y cerquita del agua, pegó uno de los tiros de la jornada desde unos 170 metros (el otro fue el del hoyo 2), sacando un birdie con sabor a eagle. Los segundos nueve de Jon, ciertamente, fueron de libro. El objetivo del joven vasco esta semana era el de llegar a los últimos nueve del domingo con alguna opción, a ver que se siente en esa situación en un Grand Slam. Sabe que con paciencia y apretando los dientes ha de recuperar el terreno perdido. De momento, ha pasado del puesto 55 al top 15, que al final de la jornada podría ser incluso top 10. Le quedan 36 hoyos, que dan para mucho y Jon lo sabe mejor que nadie. “Que el campo esté tan difícil quiere decir que es más fácil recuperar golpes. Quedan dos días”, destacó Jon.
Minutos después acabó el grancanario Rafa Cabrera, quien llegó a coliderar el torneo en cuatro ocasiones. Su primera parte de recorrido fue lo más parecido a un tobogan: bogey en el 2, birdie en el 3, bogey en el 4, birdie en el 5, bogey en el 6 yb ir di e en el 8. En el 3,5 y 8 se situó colíder, también en el hoyo 10 tras un gran birdie, pero el Amen Corner se le atragantó al español, con un doble bogey en el 11 (falló el green y luego tres putts) y bogey en el 12. No pudo sacar rédito de los pares 5 de esta segunda parte del recorrido, mucho más asequible que la primera, y dos nuevos bogeys en el 17 y 18 para 76 golpes le desplazaron
del top 20. Una lástima después del buen sabor de boca dejado en la primera jornada y en los primeros 10 hoyos de la segunda ronda. El consuelo, que ya tiene la tarjeta mala.
Claro que no fue el único que sufrió. Uno de los damnificados de esta complicada segunda jornada fue el sólido líder el jueves, Jordan Spieth, con una victoria, dos segundos y un 11º en 4 participaciones en Augusta. El texano sumó 40 golpes por los nueve primeros hoyos y arregló algo el entuerto en la segunda con dos birdies para 74 y 140 en total (-4). Spieth era colíder en casa club con el norirlandés Rory McIlroy (71), recordemos, 4º en 2015 en el Masters, único ‘grande’ que le falta por conquistar.
Con 141 se coló un recuperado también Dustin Johnson (68, igualó el resultado de Rahm), y con 142 estaban Tony Finau, Louis Oosthuizen, Rickie Fowler y Justin Rose, con 143 Rahm y con 145 Cabrera. Txema Olazábal (76 ayer) se quedó a uno de pasar el corte