La cuenta atrás
Los pitos al himno han trascendido y se han convertido en un fenómeno mediático
A pocos días para la final de Copa se intensifica y tensiona la información sobre los pitos al himno. El día de la marmota. Se podrían usar los vídeos de los años anteriores para explicar lo de este y repetir los mismos aspavientos e indignaciones. Pero es significativo como, año tras año, siempre hay un doble filo a la hora de informar sobre ello. El planteamiento de ayer de Jugones sirve de ejemplo. Se anuncian a bombo y platillo, reprobación y alboroto la voluntad de los aficionados culés a pitar y se entrevista a responsables de plataformas para que lo fomenten y anuncien sus iniciativas. Crean alarma pero también contribuyen a difundir esas reivindicaciones entre los interesados. A continuación se advierten y exigen represalias posibles: hacia el club, hacia los aficionados en particular y las consecuencias deportivas. Se fomenta la represión como solución. Y se ejerce presión mediática para que esos castigos se lleven a cabo. Después se extiende la ofensa a más aludidos de los necesarios: se incluye a la afición rival y se construye el relato que también es contra ellos. Es decir, se trata de hacer que esos pitos, más que dirigirlos a cuestiones simbólicas, fomenten una confrontación más concreta, real y peligrosa: el conflicto entre aficiones. Se potencia el imperativo de sentirse tremendamente ofendido en vez de relativizar la situación. Se magnifica en vez de minimizarla.
Y ya tenemos el caldo de cultivo perfecto: se genera el estímulo mediático de la participación, se fomenta la represión y se exagera la ofensa.
Los pitos al himno en la final de Copa ya van más allá de una reivindicación. Se han convertido en un fenómeno mediático donde los propios medios que lo recriminan han acabado teniendo un papel determinante en la crispación del ambiente. Se lleva a todos los implicados (anti-himno, pro-himno y estamentos de control) a la máxima tensión. No se trata de prevenir la pitada o recriminarla. Incluso es secundario calentar el ambiente de la final. Se trata de garantizarse conflictos, escándalos, jaleos y ofensas para asegurarse el material mediático los días posteriores a la consecución del título