El cese de Quique se gestó tras Getafe
Aquel “el equipo no da para más” fue el primer eslabón que acabó con su destitución
además de dar una buena imagen”, dijo el lateral izquierdo. “¿Si nos hemos liberado? La verdad es que sí. Es muy importante romper las dinámicas negativas. Ahora toda la negatividad se ha ido y solo pensamos en positivo”, confesó el canterano blanquiazul.
El sistema también ha cambiado. “Estamos trabajando más la salida de balón. Las opciones defensivas son las mismas, y en ataque, en los metros finales, nos dice que seamos nosotros mismos. Tenemos que mantener muy bien el balón, teniendo posesión y con inteligencia. A partir de ahí, montaremos un buen ataque” con el fin de lograr el triunfo
La decisión de destituir a Quique Sánchez Flores de su cargo de entrenador del Espanyol fue efectiva este pasado viernes, a última hora de la tarde. Sin embargo, se empezó a gestar después de las declaraciones que hizo tras perder en Getafe al asegurar en la rueda de prensa posterior que “el equipo no da para más”. Estas palabras fueron interpretadas por el Consejo como una falta disciplinaria al infravalorar el potencial de la plantilla. En base a esta convicción empezó a prepararse el finiquito del técnico, que los abogados frenaron cuando, tras una nueva derrota, en este caso ante el Eibar en casa, Quique admitió ser el culpable de la situación, argumento que descartaba los motivos disciplinarios que sí tenían fuerza hasta entonces. Pero el deterioro de las relaciones entre el vestuario y su entrenador y el riesgo que suponía un ‘revolcón’ en Girona acabaron de convencer a los dirigentes, tras comunicarle este estado de cosas a Chen Yansheng y obtener su visto bueno, a destituir a Quique Sánchez Flores