EL REY ES NADAL
Rafa se estrena batiendo el récord de sets seguidos ganados en tierra: 38 tras el doble 6-4 a Carballés Novak Djokovic da de nuevo señales de alarma cediendo ante el nº 140 del mundo, Martin Klizan
“Sí, definitivamente Nadal es el mejor de la historia y merece ser llamado rey de la tierra batida”. Lo dijo el martes un Novak Djokovic sonriente, a quien ayer se le borró la sonrisa en la pista que honra con su nombre la respuesta y palmarés de Rafa Nadal.
Sí, el número uno mundial volvió a hacer honor a su leyenda estableciendo un nuevo récord profesional. Derrotó por doble 6-4 a Roberto Carballés elevando a 38 los sets ganados consecutivamente sobre arcilla, batiendo los 36 del rumano Ilie Nastase en 1973.
Una anécdota en las obras completas del manacorí, aunque un reflejo exacto de cómo domina su superficie más propia a los 31 años. Contando los siete partidos de Roland Garros, los dos de Copa Davis en el España-Alemania, los cinco de su undécima conquista en Montecarlo y el primero de su decimocuarta presencia en el cuadro principal del Godó, ni uno solo de sus rivales ha sido capaz de ganar cinco o más juegos en una de esas 38 mangas. Simplemente, alucinante. Porque esa racha se extiende en el tiempo, incluyendo la etapa de la presente temporada volviendo de unos meses complicados de lesión y asimismo jornadas con más y menos brillantez.
Pero Nadal siempre está ahí, atento a lo que suceda y listo para cualquier contingencia. “Yo estoy preparado, pero los rivales también quieren ganar y no sólo juego yo”, comenta, anunciando que si llega el KO es “porque uno no sabe más o no es lo suficientemente bueno”. No habrá duelo de él con Kei Nishikori en octavos ni tampoco cuartos contra Novak Djokovic. “Cuando dos jugadores del máximo nivel han perdido, uno se pone en alerta”, apuntó el balear, que salió a la central conociendo que el serbio había caído ante el eslovaco Martin Klizan, 6-2, 1-6 y 6-3, así como que el japonés se había retirado cuando cedía 3-6 ante Guillermo García-López.
Del nipón se sabía que había acabado fundido en Montecarlo, con molestias en su operada muñeca derecha y las piernas machacadas. Aludió a un dolor en la derecha para acabar el calvario. Su esfuerzo residió en intentarlo saliendo a la pista porque le encantan el torneo y la ciudad, en la que seguirá durante los próximos días. Como reconoció García-López, “corría el rumor de que no estaba bien. Y enseguida vi que quería hacerlo todo muy rápido, pegar en cada golpe un ganador”.
Impactante resultó el adiós de Djokovic ante el nº 140 y procedente de la fase previa, aunque Klizan fue semifinalista del Godó en 2015 y no anda mal de talento, sí de consistencia. Incomprensible pedir una invitación, añadir un torneo más al programa, y luego embarcarse en una montaña rusa de emociones que, lógicamente, descarriló. Un mal trago para el aficionado, también una señal de alarma para el serbio, ya que cada día cuenta cuando uno precisa recobrar un nivel tan alto. Un ‘Nole’ sin mordiente, preocupante.
En otra dimensión se mueve Nadal. “Uno de los peores partidos de los últimos que he jugado”, lanzó sólo doblegar a Carballés, 25 años, 77º ATP y vencedor este curso del ATP 250 de Quito. El manacorí, enarbolando la bandera de la exigencia: “Falta un poco más de tensión e intensidad. Las primeras rondas son complicadas, más viniendo de ganar otro torneo y al jugar contra Robert por primera vez”. El tinerfeño corrió y pegó duro, pero no le alcanzó porque Nadal condujo la contienda con puño de hierro. Él se pide más, pero tiene todo bajo control
LAS CLAVES
EXIGENCIA Nadal no quedó satisfecho de su actuación, pero tiene todo bajo control
DECEPCIÓN ‘Nole’, una montaña rusa de emociones descarrilada, y cae Nishikori por lesión