Llambordins y pulutant
El retrato de TV3 de Núñez queda repartido entre la historia y el entretenimiento
Con motivo de los cuarenta años de la llegada de Josep Lluís Núñez ala presidencia del Barça, TV3 ofreció un capítulo más de sus biografías deportivas: ‘Marcats per Núñez’.
El programa arrancaba con unos adolescentes viendo imágenes de Núñez y la mayoría de ellos no sabían de quién se trataba hasta que alguno lo relacionaba con las imitaciones del personaje televisivo que años más tarde construyó Carlos Latre y entonces todos le identificaban. Y esta ambivalencia perduró a lo largo del reportaje: una combinación entre la figura del presidente y la parodia televisiva. Como programa nocturno era hábil y se notaba un esfuerzo por no caer en la inercia de la cronología fácil, el relato lineal, o la hagiografía. Tampoco en un puzle aburrido de declaraciones de testimonios en primer plano. Se notaba esmero en el guión para sintetizar etapas, logros, fracasos, fichajes, polémicas, luces y sombras que no fuera espeso. Era evidente una prudencia en abordar el retrato de Núñez. El expresidente del Barça ha sido un blanco fácil y se notaba la voluntad de ponderar puntos de vista y elegir testimonios que hablaran desde la razón y la argumentación y no desde la visceralidad: los testigos se dividían entre los que rajaban elegantemente, los que hacían equilibrios y los incondicionales. El técnico Valero Rivera aportó la nota sensible, demostrando una facilidad por emocionarse digna de la escuela de Núñez.
Lo más sintomático de ‘Marcats per Núñez’ radica en el planteamiento más elemental. Parece imposible hacer un reportaje periodístico que se centre en la trayectoria de Núñez en el Barça sin que el humor se filtre permanentemente en la historia hasta llevarse el 50% de la narración: imitaciones, vídeos cómicos, sketches de humor, ruedas de prensa hilarantes…
Es como si, periodísticamente, la comedia devorara los hechos. Hay una incapacidad para abordar la información sin la parte de entretenimiento televisivo, como se haría con cualquier otra figura en el Barça. Más allá de que algunos puedan sentirse marcados por Núñez, lo que está claro es que hemos quedado marcados por Nuñito