Notas bajas
Son días difíciles para los analistas críticos, tanto en Barcelona como en Madrid. Porque a simple vista no parece muy razonable cargar contra un equipo que ha conquistado el doblete, con la séptima Liga en diez años, ni contra otro que en los últimos cinco ha levantado tres Copas de Europa y va camino de la cuarta. La mayoría de aficionados ven el vaso medio lleno, pero hay argumentos para, tratándose de las dos mejores plantillas de Europa, verlo medio vacío.
Uno de los mejores jugadores de balonmano de la actualidad, muy futbolero, me preguntó esta semana: ‘¿Te imaginas a Karabatic (mejor jugador del mundo de balonmano) tres años seguidos sin ir a la Final Four?’. ‘Pues no’, le respondí. ‘Pues es lo que le ha pasado a Leo Messi’. Es una reflexión durísima para los culés, pero real. El Barça cuenta con el indiscutible número uno y solo ha sido capaz de ganar una Champions de las últimas siete y desde hace tres ni aparece entre los cuatro mejores. Coutinho y Dembélé no son Neymar y pese a ello Valverde ha logrado una estabilidad, solidez y eficacia que le han permitido dominar en España a placer, pero este equipo ni la mayoría de sus jugadores están hechos para ganar Ligas y Copas, sino Champions. Una derrota no puede empañar toda una temporada, pero la trascendencia, la imagen y el recuerdo de París y Turín conllevan que Roma no sea solo una simple derrota.
Del Real Madrid también se pueden sacar conclusiones opuestas. La afición espera eufórica la cita de Kiev y ya no se acuerda de los 15 puntos de desventaja respecto al Barça en la Liga ni de la eliminación copera frente al Leganés. A diferencia de la pasada temporada, en que su fútbol fue brillante en muchos encuentros, en la actual ha sido pobre e irregular, incluso en Europa. Desde la primera fase, arrollado en Wembley por el Tottenham, a las semifinales frente al Bayern, flojísimas en la creación y sobre todo en el aspecto defensivo. Fue una de las peores actuaciones de los últimos tiempos. Tanto en el Allianz como en el Bernabéu, los bávaros llegaron como quisieron al área rival y tuvieron que juntarse Keylor, la fortuna, dos errores clamorosos de Rafinha y Ulreich y un penalti no señalado para que los blancos salvaran la temporada.
Apenas quedan unos días para junio, el mes de las notas, pero ya les avanzo que ni el Barça, pese al doblete, ni el Madrid, aunque encadene su tercera Champions, tendrán mi ‘Sobresaliente’
A Barça, pese al doblete, y Madrid, finalista europeo, se les puede pedir mucho más