Mundo Deportivo (Barcelona)

DIVERSIÓN TRAS LA TENSIÓN

- Josep M. Artells

Tras la tensión llegó la diversión. Tras la dureza y la crispación del Clásico (2-2), la felicidad por el doblete compartida entre jugadores y afición. El equipo se batió con uno menos durante toda la segunda parte por expulsión de Sergi Roberto, pero tras el pitido se desató la alegría y la plantilla le regaló a Iniesta una celebració­n inesperada, espontánea y sincera para deleite de un Camp Nou entusiasma­do.

Con el Madrid en el vestuario, los blaugrana se citaron en el círculo central para bailar juntos, reír y festejar la Liga y el adiós de Andrés, que jugó 57 minutos hasta que fue sustituido por Paulinho en medio de una enorme ovación del público. El jugador manchego se guardó las palabras para otro día pese a la insistenci­a de la grada, quizá para la última jornada ante la Real Sociedad (19 o 20 de mayo) donde podrá decir adiós a una hinchada que lo idolatra. Ese día promete ser memorable porque el club le prepara varias sorpresas.

Tras danzar en el centro, los jugadores en grupo se dirigieron a las gradas de las dos porterías para celebrar con los seguidores el éxtasis por un título impresiona­nte. El Real Madrid, pese a sus provocacio­nes y agresiones y a la pasividad del árbitro Hernández Hernández, no pudo detener la reacción de rabia del Barça en la segunda parte, de ahí que el empate fuera considerad­o como una victoria. Casi heroica.

Nuevamente Piqué se erigió en el maestro de ceremonias, micro en mano. El central catalán no se cortó un pelo y echó en cara a los madridista­s su falta de considerac­ión y que no hubieran hecho el pasillo a los campeones. Ni a los campeones, ni a Iniesta pese al clamor general que lo solicitaba.

Pero Gerard y el resto del equipo no se iban a quedar sin pasillo. Piqué pidió al ‘staff’’ técnico que lo hiciera por el Real Madrid mientras los jugadores blancos se mantenían al margen del bullicio en el vestuario, en las catacumbas del estadio. Zidane cumplió lo que pro-

El Barça e Iniesta compartier­on con la afición su felicidad por el doblete tras un Clásico vibrante, duro y crispado

Andrés y el equipo bailaron en el círculo central tras mantener el invicto con 10 por la expulsión de Sergi Roberto

Piqué denunció la negativa de hacer el pasillo por el Madrid y pidió que lo hiciera el ‘staff’ para compensar la descortesí­a blanca

Los palos de Bale y Ramos quedaron sin castigo, Alba hizo un penalti no pitado y marcaron Luis Suárez, CR7, Messi y el galés

La directiva culé bromeó con la blanca en el almuerzo por los arbitrajes en Europa y pancarta de apoyo a Rosell

metió y el Madrid volvió a perder categoría y grandeza.

Esta Liga no estaba dormida, ni el Real Madrid se planteó un Clásico intrascend­ente. Ni el Barça se lo tomó al tran-tran. No es posible que Barça y Madrid no tengan cuentas pendientes. Con el Barça campeón a cuatro jornadas del final, Valverde y Zidane presentaro­n los mejores equipos en el Clásico donde los puntos no contaban. Barça y Real Madrid no estaban para amistosos y lo confirmó el equipo blanco con su dureza e ignorando el pasillo a los blaugrana. El cacareado señorío del club de

Florentino es historia Es evidente que la falta de fair play ha dañado la imagen de los merengues inventándo­se excusas nada convincent­es.

Bromas para hacer boca

El Clásico empezó en realidad en el almuerzo de directivas. Allí, entre plato y plato, la directiva blaugrana lanzó algunas pullas a modo de broma a sus invitados aludiendo a los favorables arbitrajes recibidos en la Champions.

El Clásico siguió en el campo con un Barça eléctrico, presionant­e y determinad­o. Salió con la misma intensidad que en la final de Copa ante el Sevilla hasta el gol de Suárez (min. 10). Luego llegaron los mejores minutos de un Madrid que salió con la BBC, que acaso jugó su último Clásico. CR7 empató, Messi puso el 2-1 tras una falta de Suárez a Varane y Bale igualó. El mejor trofeo para el Madrid era romper la imbatibili­dad blaugrana para compensar en lo posible su fracaso en Liga y Copa. La tibieza arbitral permitió que Sergio Ramos agredieraa Luis Suárez y que Bale campara a sus anchas junto con Marcelo, sobrepasad­o por la emotividad. Jordi Alba cometió un penalti sobre el brasileño con 2-2 en el marcador.

El Barça sacó orgullo y coraje a raudales empujado por su público pero no pudo regalarle el triunfo. El Clásico no fue una broma

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 ?? FOTO: PEP MORATA ?? Los jugadores del Barça celebraron a lo grande el doblete con su afición una vez concluyó un Clásico cargado de tensión y emoción.
FOTO: PEP MORATA Los jugadores del Barça celebraron a lo grande el doblete con su afición una vez concluyó un Clásico cargado de tensión y emoción.

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