Dos versiones de lo mismo
El espectador de la F1 tuvo la sensación de vivir dos realidades distintas
Los espectadores que vieron el domingo la retransmisión de la carrera de F1 del GP de España en Movistar+ y, al día siguiente, siguieron los informativos de Atresmedia, descubrieron dos realidades paralelas.
El domingo, en Movistar+, el momento más institucional antes de la carrera, con los himnos, transcurrió en directo con aparente normalidad: no se escucharon pitos de ningún tipo, no se mostró ningún jaleo con pancartas ni banderas, y tanto los pilotos como los comentaristas de la cadena respetaron los himnos con absoluta tranquilidad. Ciertamente, primero sonó el español durante 50 segundos y a continuación Els Segadors, que duró 1 minuto y 42 segundos. Casi tres minutos de himnos que se hicieron un poco largos. Sólo durante el himno de Catalunya, cuando este ya llevaba un minuto sonando, se apreció como Fernando Alonso creyó que éste ya había llegado a su final e hizo el gesto de marcharse, pero al ver que no, se mantuvo en su sitio. Ningún problema. Antonio Lobato apuntó: “Llevamos un buen rato escuchando himnos” para justificar un poco esa situación. Pero ese instante, al menos para el espectador, no conllevó ningún problema. En ningún momento trascendió en directo queja alguna o situación de conflicto ni en el circuito, ni en la grada.
Al día siguiente, al poner los informativos de deportes, resulta que la audiencia no nos enteramos de nada: las ofensas eran tremendas porque Els Segadors era demasiado largo (“eterno” dijo Rocío Martínez), se había pitado el himno español y se habían retirado pancartas.
A nivel informativo resultó paradójico: ¿Qué realidad debe mostrarnos una retransmisión? ¿La idílica o la real? ¿Deben las retransmisiones en directo esconder aquello que incomoda para que luego la audiencia descubra que han sucedido cosas? Decía Lobato antes de los himnos que “los grandes momentos de tensión se vivirán cuando se apague el semáforo”. Quién nos iba a decir que al día siguiente en los informativos la tensión se centró en los himnos y de la carrera, casi nada