El reto de traspasar el horizonte del éxito
Serie MD/La nueva generación del deporte español Las hermanas Carla y Marta Munté (49er FX) aspiran a dar continuidad a los buenos resultados de la vela española
Pese al vacío de medallas en los Juegos de Río, si hay una modalidad fetiche para el deporte olímpico español, esa es la vela. Su cantera no para de producir nuevos valores y entre ellos se encuentran las hermanas Munté Carrasco, Carla (29-12-1997) y Marta (24-32000), quienes aspiran a convertirse en la referencia española en el futuro en una clase con muchos galones como el 49er FX.
Ambas se iniciaron en su deporte por tradición familiar y pronto se decantaron por la clase que ahora practican. “El barco tiene la combinación perfecta: velocidad y nos permite navegar juntas. Además es un barco olímpico”, explican
Acumulan cinco grandes medallas internacionales en categorías inferiores
Carla y Marta sobre su elección. Se han formado en las clases previas, la Optimist a nivel infantil y la 29er en categoría júnior, donde se proclamaron campeonas del mundo en 2014 y subcampeonas universales y de Europa en 2015. “Con el título mundial vimos que podíamos conseguir algo grande en este deporte”, cuentan. Por ello trabajan con dureza en el CAR de Sant Cugat, donde preparan los aspectos técnicos en seco, y en el Barcelona Internacional Sailing Center, donde mejoran su rendimiento en el barco. Eso sí, sin descuidar los estudios. Carla está en tercero de ADE en lengua inglesa, mientras que Marta estudia segundo de Bachillerato en el CAR. “Allí puedo llevar esta doble carrera de estudios y deporte, porque me facilitan las cosas al máximo”, explica la pequeña.
La organización tiene para ellas, por lo tanto, un papel fundamental. “Varios días vamos a Barcelona para entrenar en el mar. Eso nos modifica horarios de comidas y de gimnasio”, relatan. Entre medias, hay que sacar tiempo para estudiar y para fortalecer su relación personal: es fundamental que am- bas se entiendan a la perfección cuando están en el barco. “El hecho de navegar con tu hermana te da muchas ventajas, aunque es muy importante gestionar la confianza, ya que puede generar conflictos en momentos de tensión”, coinciden.
Por ello buscan explotar las mejores características de cada una. Carla es la patrona del barco y la máxima responsable de las decisiones; Marta, por su parte, controla las condiciones a las que se enfrentan. “Cada una tiene su rol. Carla toma la decisión final, aunque yo, como tripulante, debo dar la información necesaria para que ella la pueda tomar”, señala Marta.
La llegada al 49er FX
Así, con papeles definidos, ambas desembarcaron el año pasado en el barco de la clase olímpica, el 49er FX. Los resultados fueron brillantes en sus inicios en categoría juvenil: subcampeonas de Europa y bronce mundial. “El hecho de haber hecho podio en ambos campeonatos nos muestra que estamos haciendo un buen trabajo”, celebran. Son conscientes, no obstante, de que deben pulir aspectos de cara al futuro. “Los puntos más complicados son la exigencia física a la que nos obliga el barco y la complejidad técnica que tiene manejarlo, porque es un barco muy inestable”, explica Carla.
Otra dificultad es la económica, ya que la vela requiere un material caro. “Tenemos ayudas, pero no suficientes. Falta una planificación a medio y a largo plazo, porque la mayoría de recursos se destinan a la categoría sénior”, lamentan. Son conscientes de que las grandes condiciones de navegación de las que disponen en España son un bien que no quieren malgastar.
Tampoco desaprovechan las oportunidades que tienen para competir a nivel internacional en una disciplina con una alta competitividad en España. “Tener gente buena con la que poder entrenar siempre te ayuda a ser mejor regatista”, cuenta Marta apuntando a las referentes: Támara Echegoyen y Berta Betanzos, dos pesos pesados de la vela española de siempre. “Para los Juegos solamente hay una plaza por país. Lo mejor que podemos hacer es entrenar juntas para subir todas de nivel”, comenta Carla. Eso sí, son realistas. “Lucharemos hasta el final para ir a Tokio, pero París 2024 es un objetivo más acorde a nuestra edad. Por ahora nos centramos en llegar al pódium en categoría juvenil, en el Mundial y en el Europeo”, avisan.
Sueñan con llegar en un futuro a unos Juegos Olímpicos y, mientras tanto, siguen buscando metales. “Nuestras cinco medallas, tres mundiales y dos europeas, demuestran que todo esfuerzo tiene su recompensa”, celebran. Por ello continúan surcando los mares en busca de nuevos premios. Y ya han demostrado que suelen cumplir con creces en su reto de traspasar el horizonte del éxito
Aún están en categoría juvenil, pero ya forman parte del equipo preolímpico para Tokio