Del gimnasio de casa a la conquista de Europa
Nicolau Mir se inició en gimnasia artística en el club de sus padres y brilla a nivel continental en su edad
Julio de 2017 en Györ (Hungría). Fue entonces cuando Nicolau Mir Rosselló (10 de mayo de 2000) se convirtió en la gran estrella del equipo español en el Festival Olímpico de la Juventud Europea, una competición polideportiva con los mejores deportistas jóvenes del continente. Ganó un oro y tres bronces en gimnasia artística, la cuarta parte de las quince medallas españolas totales. Un año después, Mir ganó cinco oros y una plata en los Campeonatos del Mediterráneo para consolidarse como uno de los jóvenes con más futuro del deporte nacional.
Su pasión por la gimnasia le llega desde el ámbito familiar. Nicolau pertenece al Club Esportiu Xelska de Coll de’n Rabassa (Palma de Mallorca), montado por sus padres, y al Centre de Tecnificació Esportiva Illes Balears. “Mi padre me ofrecía la posibilidad de hacer otros deportes. Pero a mí me gustaba la gimnasia; no he probado otro deporte porque no he querido”, cuenta. Allí se inició sobre el trampolín, la cama elástica y las colchonetas, antes de empezar a tocar los aparatos de competición: anillas, barra, paralelas, salto, caballo con arcos y suelo. “El que más me gusta es el suelo y el que me da más respeto es la barra”, reconoce. Ya sabe lo que es lesionarse y estar muchas semanas apartado de la competición: en 2015 se rompió los ligamentos externos del pie izquierdo y el pasado mes de octubre sufrió la misma lesión en el derecho.
Eso sí, los golpes no le han quitado las ganas de seguir mejorando. “Trabajamos todos los aparatos durante un tiempo similar, aunque incides más en el que se te da peor. Por ejemplo, yo lo hago en caballo con arcos”, explica. Necesita un mínimo de un mes y medio para preparar cada ejercicio y dominar todos los elementos obligatorios que en ellos se le demandan. Pero esa capacidad de trabajo y su nivel sobre los aparatos ha convertido a Mir en uno de los gimnastas más completos de su edad. Capaz de combinar buenos ejercicios en sus diferentes disciplinas, no se plantea centrarse en un aparato concreto. Eso sí, quiere mejorar en varios de ellos. “Siempre están las espinitas de las finales de suelo, salto o paralelas”, admite.
Rechazo a entrenar en un CAR
A pesar de su juventud, Mir sigue quemando etapas a toda velocidad. Este año ya puede combinar la categoría júnior con la sénior, el nivel en el que quiere triunfar. “Siempre podré decir que soy campeón de Europa, pero prefiero ir al Europeo sénior aunque no saque nada que ir al júnior y ganar dos o tres medallas más”, explica. En el camino hacia ese objetivo ya ha logrado debutar con la selección absoluta, con la que compitió en la DTB Pokal de Stuttgart del pasado mes de marzo. “No fue mi competición soñada a nivel individual, pero me impresionó competir con personas a las que hace cinco años veía por la tele. Es una motivación para mejorar”, recuerda sobre aquel momento. Por ello quiere ganarse una plaza en el equipo absoluto, a pesar de que sabe que este 2018 es un año para aprender.
Eso sí, quiere seguir haciéndolo en su Mallorca natal. Las condiciones que le ofrecen en su club y en el Centre de Tecnificació le han llevado a rechazar becas para acudir a la Blume de Madrid. En su ambiente, combina los entrenamientos con los estudios de Bachillerato y colabora dando algunas clases en su club. “Me motiva que tenemos unos veinte chavales haciendo artística. Por otra parte, nos ofrecen facilidades para entrenar y para combinar el deporte con los estudios”, celebra.
Pero Mir no aparta la vista de la alta competición. Uno de sus ambiciosos objetivos es ayudar al equipo
Ganó cuatro medallas en el FOJE y seis en los Campeonatos del Mediterráneo en 2017
Destaca por su versatilidad y se prepara en su ambiente de siempre
español a luchar por la clasificación para los Juegos de Tokio, después de que este se quedara fuera como conjunto de los de Río. Aspira a unirse en la élite a hombres consolidados como Rubén López, Joel Plata o las dos caras más visibles de la artística española, Ray Zapata y Néstor Abad, entre otros. No obstante, es consciente de queTokio está cerca y, en el caso de que España logre plaza por equipos, la competencia será feroz. Por ello, Mir mira el sueño olímpico a largo plazo. “Para París 2024 ya tendré más dificultad en los ejercicios, más elementos nuevos y más experiencia”, explica.
Mayo de 2018 en Mallorca. Mir sigue creciendo con las medallas del FOJE como clara muestra de que puede pelear por perseguir sus sueños. Ya está compitiendo con la primera línea absoluta española. Ya ha demostrado en categorías inferiores que se puede llegar desde el gimnasio de casa hasta la conquista de Europa