EXIGENCIA
Rafa Nadal tuvo que remontar cuatro bolas de set para sellar su triunfo sobre Simone Bolelli en dos días Garbiñe Muguruza controló el parón por lluvia y a Sveta Kuznetsova en un duro duelo entre campeonas
Simone Bolelli, 32 años y 129 del mundo, se abrazó a Rafa Nadal con cariño y admiración. El nº 1 y diez veces campeón de Roland Garros aceptó educadamente un más que protocolario saludo en la red, aunque con una mueca de cierta insatisfacción grabada en su rostro. El italiano había hecho el partido de su vida, aunque no le sirviera para evitar una sexta derrota, ni siquiera arañar un set a un rey de la tierra batida que cumplió el objetivo básico, aunque lejos de la excelencia mostrada capturando por undécima vez Montecarlo y Godó y reconquistando Roma con un octavo título.
Nadal mantiene la racha de 28 sets seguidos sumados en Roland Garros, pero tuvo que remontar cuatro bolas de set en el ‘tiebreak’ que acabó definiendo a su favor. Venció por 6-4, 6-3 y 7-6 (11-9) en 2h.57’, en un partido retomado con 0-3 en la tercera manga, cuando fue suspendido por lluvia.
El elemento agua también condicionó el arranque de la jornada de ayer. Si supuso un inconveniente en el estreno del manacorí, que no puede inyectar a la pelota su envenenado efecto, no así para la pegadora Garbiñe Muguruza, que aguantó estoica la pausa de más de una hora cuando dominaba por 5-5 a la rusa Svetlana Kuznetsova. Volvió a la Pista 1 para sentenciar un choque entre las campeonas de 2016 y 2009, respectivamente, 7-6 (7-0) y 6-2. Firmó un ‘tiebreak’ para enmarcar.
Exigencia desde el principio, porque a los favoritos y aspirantes a la corona una ronda inaugural que se complica, por uno u otro facotr, acaba siendo un mal trago. Responsabilidad máxima, nervios del debut y mucho más que perder que realmente ganar, ya que miran mucho más adelante. “Cero excusas”, significó Nadal, aunque incluso observó que la superficie de la central, el Estadio Philippe Chatrier, estaba más resbaladiza que costumbre. Y no hay otro escenario en el mundo en que más haya significad su leyenda.
Hoy, tiempo para reflexionar, soltarse y poner a carburar definitivamente los motores. Entrenamiento intenso seguro de Nadal junto a Carlos Moyà, preparando la segunda eliminatoria contra el también zurdo argentino Guido Pella, vencedor del portugués Joao Sousa por 6-2, 6-3 y 6-4.
Bolelli, que estaba fuera del torneo por caer en la fase previa, encontró acomodo en el cuadro gracias a una de las numerosas bajas de última hora. Decidió divertirse, incomodar a base de tiros ganadores. Tiene talento, con su poderoso ‘drive’, un revés a una mano plástico y de ejecución rápida y muñeca para las dejadas. Libre de presión, convencido de que su destino era el adiós, ya tuvo su fiesta personal haciendo dudar a Nadal. Éste optó por ser práctico. Falto de inspiración, “buena actitud ante estas condiciones difíciles y a luchar cada punto”. Con 3-6 en el ‘tiebreak’, reacción de crack. Un ‘ace’ y dos derechas, más un tercer ‘drive’ ante la cuarta pelota de set.
Sobrado de recursos y con la mente clara. El rodaje previo resultó perfecto, ningún motivo para alarmarse. Cuestión de ir entrando en materia en su torneo más trascendente de cada temporada. Es un diésel, va de menos a más según crece la adversidad.
DEBUT INCÓMODO Tras el 6-4, 6-3 y 0-3 del lunes, Rafa recuperó pronto el ‘break’ pero no se sintió nunca a gusto
HOY, DESCANSO Mañana, ante Pella
De Kuznetsova a Ferro
Al contrario, cuestión de carácter y estilo, Muguruza emergió después de unas competiciones previas grises. Le va la marcha, las emociones fuertes. La caraqueña emitió señales de recuperación ante una Kuznetsova que respeta, aunque haya ganado en 5 de 6 ocasiones. Mañana, la francesa Fiona Ferro, 21 años y 153ª WTA