A por el triunfo 900 y los cuartos
Rafa Nadal, tras un 32 cumpleaños tranquilo rodeado de sus personas más próximas, afronta hoy en la central a su antiguo ‘sparring’ Marterer
Rafa Nadal vivió un tranquilo 32 cumpleaños en París. Son tantos años repitiéndose la efeméride que no hubo grandes actos, sí la correspondiente tarta. El nº 1 mundial y diez veces campeón del torneo mantuvo la rutina habitual previa a un encuentro de octavos de final del Grand Slam. Recibió felicitaciones de los compañeros, con alguna que otra broma, pero sin generar un ruido excesivo. Sólo tiene ojos para su enfrentamiento de hoy contra un zurdo como él, el alemán Maximilian Marterer, un antiguo ‘sparring’ en su etapa júnior pero ya en octavos siendo el 70º ATP.
A las doce del mediodía de ayer, Nadal acudió a las pistas del complejo Jean Bouin, en el otro lado de una de las calles adyacentes de Roland Garros. Entrenamiento de hora y media con su amigo Marc López, disputando el dobles con Feliciano López, con el que ya está en cuartos y esperando conseguir una segunda corona en París.
Es una jornada más en el calendario del rey de la tierra. No hay mejor cumpleaños para él, durante su carrera profesional tenística, que estar rodeado de su núcleo duro, técnico y familiar preparando un nuevo compromiso en su competición fetiche. Sólo dos fueron en casa desde su estreno. Robin Soderling rompió su racha triunfal en octavos de 2009 y en 2016 no se presentó en la tercera ronda con Marcel Granollers por una lesión de muñeca.
En 2015 perdió ante Novak Djokovic en cuartos, justo el día del 28 cumpleaños. Abandonó París a la carrera, eran tiempos complicados porque arrastraba una “lesión mental”, como él mismo acabó calificando una mala racha de tenis y resultados.
Opuesta a la actual, cuando camina firme en la búsqueda de poner el 11 en su palmarés, como antes en Montecarlo y el Godó. Muy arropado por Carlos Moyà, pero también con Toni Nadal atento, así como el fisioterapeuta Rafa Maymó, el mánager Carlos Costa, el médico Ángel Ruiz-Cotorro, Jordi Robert (Nike) y Benito Pérez-Barbadillo (prensa). Y los padres, Sebastià y Ana Maria, su pareja Maria Francisca Perelló y su hermana Maribel.
“Siempre admiré a Rafa, pero quiero causarle algunos problemas”, señala Marterer, 1,91 metros de estatura. En 2013 incluso peloteó en la central preparando un cruce con Djokovic.
Ninguna confianza en Nadal, avisando que “va hacia arriba el alemán, tiene buen saque y derecha. Ganó a Shapovalov y muy fácil a Zopp. Lo vi un poco ante el canadiense y también en el torneo de Múnich”, aunque habló de un duelo con Zverev, confundiendo el rival de Marterer, que hizo ‘semis’ cediendo ante Kohlschreiber.
Nadal, a por los cuartos hoy en la capital francesa, que pasa por firmar su victoria 900 profesional. Ahora suma 411 en tierra, 425 en pista dura, 61 en hierba y 2 sobre la extinta moqueta (‘carpet’).
Sería el quinto que llega a esa cifra, por detrás de Jimmy Connors (1.256), Roger Federer (1.149), Ivan Lendl (1.068) y Guillermo Vilas (949).
En Roland Garros, un increíble 82-2. Acumula 34 sets dominados consecutivamente
Rafa Nadal
Marterer va a más, le he visto y tiene un buen saque y una potente derecha. Es fuerte”
Maximilian Marterer
Siempre he admirado a Nadal, pero me gustaría causarle algunos problemas”