La leyenda interminable
88 años después el Mundial se ha convertido en el mayor espectáculo imaginable
Cuando en 1928, en el marco de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, los responsables de la FIFA impulsaron el nacimiento del primer campeonato mundial de fútbol poco podían imaginar que el evento acabaría convirtiéndose en el fenómeno global que detendrá el mundo durante un mes, desde el 14 de junio hasta el próximo 15 de julio.
Aquel Mundial, que acabaría organizando Uruguay tras imponer su candidatura a las de varios países europeos (Italia, Hungría, Holanda, España y Suecia), contó con la presencia de apenas 13 selecciones. Las secuelas de la Gran Depresión de 1929 se dejaban notar todavía en el mundo y fueron muchos los combinados europeos que rechazaron la invitación: del viejo continente participaron sólo Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia. Uruguay, imponiéndose 4-2 a Argentina en la final, fue el primer campeón del mundo.
De aquel primer Mundial han pasado ya 88 años. Hoy, el torneo reúne a 32 selecciones en el mayor evento deportivo que pueda imaginarse más allá de unos Juegos Olímpicos. Por el camino, un montón de leyendas, de gestas heroicas y de grandes nombres que contribuyeron a engrandecer la historia del torneo.
Pelé, el señor del Mundial
De una competición que no se entendería sin el nombre de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, el jovencísimo brasileño que con tan sólo 17 años condujo a su país hasta su primer Mundial, el de Suecia-58, el primero de los tres que sumó el ‘10’ a lo largo de su carrera y de los cinco que, a día de hoy y en forma de estrellas, luce la ‘canarinha’ en su camiseta. Ningún otro país suma tantos títulos: Alemania, con cuatro, los mismos que la ausente Italia, es la única que podría igualarla en Rusia.
Pelé escribió su historia en el Mundial como lo haría años después Johan Cruyff al frente de una Holanda que, con el ‘14’ como faro, cayó en las finales de Alemania-74 y Argentina-78 (en esta ocasión sin el ‘holandés volador’, que esgrimió razones políticas para renunciar a ir a la cita) ante las selecciones anfitrionas en ambos casos. Y como lo hizo Diego Armando Maradona, que ganó el Mundial de México-86 con exhibiciones al alcance sólo de los elegidos y con la ya histórica ‘mano de Dios’, esa con la que metió el segundo gol de Argentina ante Inglaterra en cuartos de final. Cuatro minutos después firmaría uno de los mejores tantos de la historia de los Mundiales al deshacerse de cuantos rivales le salieron al paso desde su propio terreno para acabar incrustando el balón en las redes británicas.
De Maradona a Messi
Fue la coronación de Diego Armando Maradona, el último ídolo de la albiceleste, que se echa ahora en brazos de Leo Messi para soñar con recuperar el trono mundial que no ocupa desde ese lejano 1986. Sería la guinda para el ‘10’ del Barça, que de esta manera dejaría ya sin argumentos a quienes defienden que le falta un Mundial para ser considerado el mejor futbolista de la historia.
También España sueña con el número 1 que conquistó en 2010 gracias a la inolvidable volea de Andrés Iniesta ante Holanda, que de esta manera perdía en Sudáfrica su tercera final. Julen Lopetegui aspira, al frente de una remozada selección española, a devolver a la Roja a lo más alto del podium.
Vuelve el toque
Apostando por el toque España ha recuperado gran parte de las opciones que en Brasil-14 se convirtieron en humo a las primeras de cambio. Encontrar un ‘9’ que garantice goles es la gran asignatura pendiente de este grupo llamado a estar entre los grandes candidatos, junto a Alemania, detentora del título, a la Brasil de Neymar, que busca su consagración, a la Argentina de Leo Messi y, quién sabe, a la Francia de Mbappé, Griezmann y Dembélé. Empieza el Mundial. Siéntense y disfruten. Sólo pasa una vez cada cuatro años