El primer título cayó para el anfitrión del evento
Un 18 de marzo de 1928, hace ahora 90 años, en Barcelona y con el rey Alfonso XIII presente, se decidió que la primera Copa del Mundo se celebraría en julio de 1930 en Uruguay.
El país charrúa, que ostentaba los títulos olímpicos de 1924 y 1928, tenía el ilusionante reto por delante de organizar un gran evento sin tener precedentes donde aferrarse. Hubo muchas suspicacias y valga como ejemplo de la importancia que algunos países daban a la cita, que Brasil acudió con un equipo donde no estaban los jugadores paulistas, los mejores que tenían entonces. No creían en la importancia de un Mundial y optaron por quedarse jugando en casa.
Las selecciones de Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Yugoslavia accedieron a las semifinales tras imponerse en sus respectivos grupos. Y en la gran final del estreno del Mundial , se vieron las caras el anfitrión ante Argentina. Y se coronó Uruguay en la finalísima al vencer a la ‘albiceleste’ por 4-2 ante 93.000 espectadores que abarrotaron el estadio Centenario. Un duelo que se vivió con mucha pasión desde la grada como no podía ser de otra manera.
El colegiado belga John Langenus, cauto, exigió precauciones policiales excepcionales para evitar males mayores. Hizo bien pues se estima que entre diez y quince mil argentinos hicieron el viaje hasta Montevideo para ver la final in situ, aquel 30 de julio 1930.
Cada equipo quiso jugar con su propio balón, por lo que el árbitro resolvió el dilema lanzando una moneda al aire. Al final se jugó con el balón argentino, pero la final cayó del lado uruguayo. Así, el país anfitrión se llevó el primer Mundial en la historia de este acontecimiento deportivo