Mundo Deportivo (Barcelona)

“MI VIDA REAL ES CUANDO ESTOY EN CASA”

- Ángel Rigueira París

Rafa Nadal celebró con su gente la conquista del undécimo Roland Garros. Antes de abandonar París, atiende a los medios y es recibido por la alcaldesa Anne Hidalgo.

¿Algún calambre más en el dedo?

Qué va, ya se me ha pasado. Cuando volví al partido sabía que no volvía.

¿Resuenan aún los aplausos de la ovación cerrada en la pista?

En estos momentos estoy todavía dormido. Evidenteme­nte era un momento emocionant­e, importante. Este es el sitio más importante de mi carrera, sin duda, y tuve un momento de debilidad y de emoción (lloró), pero fue bien.

¿No le asusta la dimensión que está adquiriend­o Rafa Nadal?

La verdad es que soy una persona bastante natural y no me planteo tantas cosas. En definitiva es ver lo que se está consiguien­do, algo difícil de imaginar y supongo que difícil de igualar, pero yo veo la vida con toda la normalidad. No me planteo lo que se ha conseguido más de la cuenta, no soy una persona que viva pensando ‘oh, qué bien que lo he hecho’. No. Intento vivir mi día a día. Y mi auténtica realidad es cuando estoy en casa haciendo la vida cotidiana normal con mi familia, mis amigos. Es mi vida real. Lo demás, todo lo que se ha conseguido, es muy emocionant­e y muy de agradecer por la gente que me ayuda a tener esas oportunida­des, pero eso no me lleva a perder la perspectiv­a de lo que es mi vida real.

¿Se hará un regalo especial?

No necesito muchas cosas. Tengo más de lo que necesito y de lo que nunca hubiera soñado.

¿Un detalle, aunque sea pequeño? Soy muy poco caprichoso con las cosas para mí, en general. Tengo un barco, que realmente es un capricho que es grande, pero también es verdad que me permite poder desconecta­r cuando lo necesito, estar algunos días fuera de lo que es el estrés diario. Me permite pensar en lo que se supone que soy yo realmente.

¿Debe estar orgulloso?

Orgulloso, no. Estoy contento, evidenteme­nte, por todo. De tener amigos, familia y un equipo que ha estado siempre detrás de mí, toda la vida, y que me sigue apoyando. También del reconocimi­ento que recibo en España especialme­nte y por todo el mundo también. Ya no es sólo un reconocimi­ento tenístico, sino humano, y eso es lo que me da satisfacci­ón.

¿Qué cambiaría de su carrera?

Soy de los que diría que no cambiaría nada, pero a toro pasado claro que cambiaría cosas. Hubiera tomado decisiones diferentes, según en qué tipo de momentos, pero son decisiones que uno tiene que tomar a veces. Hay que arriesgar y a veces uno arriesga demasiado, a nivel físico a veces. Pero son cosas que uno va sintiendo en ese momento. ¿Qué cambiaría? Cuando me infiltré la rodilla en 2012 en Wimbledon. Al final perdí con Rosol y tuve que parar hasta Viña del Mar 2013. Es mucho tiempo (8 meses). En 2016 me infiltré la muñeca y se me reventó. Pues claro que lo cambiaría, pero me sentía jugando bien, capacitado para ganar Roland Garros y tomé esa decisión. Luego, tener que irte porque te duele les una situación complicada que, sin duda, la cambiaría. Pero en aquel momento, si volviera a estar ahí, sin conocer lo que ocurrió después, ¿lo repetiría? Pues a lo mejor sí. Al final somos deportista­s y lo que queremos es aprovechar el momento. ¿Con tantos esfuerzos teme por su salud cuando se retire?

Ahora mismo no puedo pensar mucho en ello, porque entonces no me levantaría cada día a dar lo que tengo que dar para estar donde estoy. Todos los años que llevo esforzándo­me y llevando el cuerpo muchas veces al límite, pues claro, tengo un poco de secuela y seguro que se me va a quedar de cara al futuro. Es una realidad a nivel de rodilla, de pies, articulaci­ones, cadera... Estamos en un deporte exigente y encima muchas veces jugamos en superficie­s que son muy agresivas y esto es así. El desgaste existirá, pero ha habido muchas cosas que son bonitas: experienci­as y momentos que he vivido gracias a esto que compensan los momentos de tener alguna limitación física.

Usted con 32, Federer tiene 36. ¿Qué les da el tenis para seguir? Bueno, los tiempos han cambiado un poquito, la gente dura un poco más que antes y creo que lo que tiene básicament­e es que hay algunos jugadores que apreciamos el deporte, valoramos y amamos lo que hacemos. Y por eso estamos teniendo una carrera larga. ¿Cómo se encuentra tras una gira de tierra tan intensa?

Muy feliz por todo. Un mes y medio, dos, muy intensos pero mejor casi imposible. Desde que jugué la Copa Davis sólo he perdido un partido y he ganado muchos y jugando bien la mayoría de ellos. Obviamente, un poquito sorprendid­o porque así como el año pasado sí que había hecho una gran temporada, con una gran preparació­n, este año era un poquito incógnita porque no había tenido tiempo para prepararme por las lesiones. Llegué a la Copa Davis un poquito sin saber cómo llegaría ni físicament­e ni tenísticam­ete, pero bueno empecé a jugar muy bien. ¿Se ha vaciado?

Vacío no me siento, pero cuando pasan los años, uno acaba una gira y un torneo tan importante­s, uno juega muchos partidos seguidos,al final sí hay desgaste. Con ganas de descansar unos días porque mi cuerpo tendrá ese bajón que suele tener después de un tiempo con una exigencia alta. Pero, enseguida, en unos días, ponerme otra vez. No me puedo relajar porque viene Wimbledon, que para mí es un torneo muy importante. ¿Cómo recarga las baterías?

Intentaré descansar unos días en casa dentro de lo que pueda porque tengo cosas que hacer. Y luego intentar llegar a la hierba adaptado sabiendo que es una superficie totalmente distinta. Necesito unos días para hacer un trabajo progresivo. No es como antes, tengo que cuidar mis rodillas, cuidar el cuerpo, e intentar hacer la progresión adecuada tanto tenística como física para intentar llegar a Wimbledon con unas garantías adecuadas. Tiene como entrenador a Carlos Moyà, que ha ganado un Roland Garros. Usted tiene 11. ¿Cómo un campeón de leyenda acepta los consejos de la gente que le rodea? Primero de todo hay que saber que desde fuera las cosas se ven mejor que desde dentro y yo, generalmen­te, soy una persona bastante obediente, que escucha bastante. Aunque después, a veces, toma sus decisiones de forma distinta. No soy una persona que haga todo lo que me dicen, pero casi siempre me dejo aconsejar para después tomar mis decisiones. Creo ser una persona abierta a lo que me dicen, especialme­nte de la gente que tengo al lado. Creo que es más fácil triunfar desde la humildad que uno necesita para dejarse aconsejar. Además, hay gente a mi lado que sabe mucho. Es inteligent­e escuchar para después mejorar. Dijo durante Roland Garros que “lo mejor sería votar” en referencia a la situación política española, y generó mucho ruido. ¿Es consciente de la repercusió­n de sus comentario­s? Lo que pasa es que muchas veces en este país se habla de democracia y esa gente que habla tanto de democracia y le gusta tanto esta palabra no se la aplica a sí misma. Yo, ni pedí elecciones ni fui irrespetuo­so con nadie ni exigí nada. Yo di mi opinión como un ciudadano más. Se montó algún que otro lío. Se puede montar lo que quieran, no dije nada fuera de tono ni le falté al respeto a nadie. Di una simple opinión y creo que los que estuvistei­s allí y lo visteis, lo dije desde el máximo respeto. Y también de la humildad de no ser un especialis­ta en eso. Nada más. A mí tampoco me gusta según qué actitudes que veo que se hacen en el Congreso de los Diputados y no por eso escribo un tuit criticando según qué barbaridad­es que escucho por ahí. Yo lo dije desde la humildad y el respeto, otros no. Y dije que a mí, personalme­nte, me gustaría votar porque yo creo que en estos últimos dos o tres años han pasado tantas cosas en nuestro país que me gustaría volver a votar, pero no después de la moción de censura, no necesariam­ente, sino antes porque han pasado tantas cosas que al pueblo le gustaría poder volver a manifestar lo que le gustaría. Dicho esto, creo que se está haciendo bien con nuevos ministros, serios, positivos y preparados, y la verdad, lo único que puede desear es que las cosas vayan lo mejor posible. Lo que más me gustaría es que el país tuviera una tranquilid­ad y una estabilida­d y que las cosas funcionen bien para todos. Cuanta más gente esté bien, feliz y atendida, más felices seremos todos. ¿Qué opina de un ministro de Cultura y Deporte que manifestó que no le gustaba el deporte? No lo ha dicho ahora, lo dijo antes, y no es que no podemos ser siempre esclavos de nuestras palabras. Hay que mirar adelante, no podemos estar siempre buscando problemas. Hay que intentar no hacerle las cosas tan difíciles y esperar que haga las cosas de la mejor manera posible y que haya una estabilida­d. Al final estamos en un país que siempre está a punto de criticarno­s y reprocharn­os y, lo siento, no participo de este show. Me gustaría que todos remaramos en la misma dirección para que las cosas funcionen cada vez mejor

 ?? FOTO: GETTY ?? Rafa Nadal posando con la Copa de los Mosquetero­s tras ganar su undécimo Roland Garros. El vencedor de 17 títulos de Grand Slam, en el muro con el sello del torneo de fondo recreando la tierra batida, donde es el rey absoluto
FOTO: GETTY Rafa Nadal posando con la Copa de los Mosquetero­s tras ganar su undécimo Roland Garros. El vencedor de 17 títulos de Grand Slam, en el muro con el sello del torneo de fondo recreando la tierra batida, donde es el rey absoluto
 ?? FOTO: GETTY ?? Mordisco de Rafa Nadal al trofeo, un gesto clásico en su carrera. Aunque a casa se lleva una réplica de tamaño reducido
FOTO: GETTY Mordisco de Rafa Nadal al trofeo, un gesto clásico en su carrera. Aunque a casa se lleva una réplica de tamaño reducido

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain