Hidratarse, la mejor práctica
Beber durante el ejercicio repone los líquidos y las sales minerales perdidas
Educar en los buenos hábitos es clave en todos los aspectos, también en los deportivos. Los jóvenes deportistas deben aprender cuanto antes las claves alimenticias para que su trabajo en los entrenamientos y partidos alcance su mejor rendimiento. Y una de estas claves es el realizar una buena hidratación del cuerpo para reponer el líquido perdido por la sudoración y con él, las sales minerales que escapan por nuestros poros.
El esfuerzo eleva la temperatura de nuestro cuerpo por las calorías quemadas y la energía gastada, lo que provoca una sudoración a través de la que perdemos agua y sales minerales. Una pérdida que conviene recuperar cuanto antes.
Durante los entrenamientos es indispensable beber aunque no se tenga sed. Y siempre a sorbos pequeños. El consumo recomendado de agua para personas adultas está entre los dos y los tres litros diarios, repartidos durante toda la jornada: es bueno beber agua al levantarnos y al irnos a dormir. Y a poder ser, agua rica en sales, especialmente cuando practicamos algún deporte.
La educación de los más jóvenes debe prestar especial atención a este aspecto, poniendo el acento y acostumbrándoles a hacer paradas obligatorias durante sus entrenamientos o juegos para beber.
En el caso del fútbol, en el que es complicado beber durante un partido, hay que ingerir suficiente líquido antes de los encuentros, entre las dos horas y media hora antes de su inicio. También, por supuesto, en el descanso y tras los partidos. Todo ello nos ayudará a que la temperatura corporal en pleno esfuerzo no aumente tanto, lo que repercutirá de manera directa en una clara mejoría de nuestro rendimiento. El agua, fuente obligada de salud