La mujer iraní exige igualdad de trato
Kazan será el escenario del partido que disputarán esta tarde España e Irán. Pero más allá del encuentro en sí y de la polémica, espectáculo o aburrimiento que lo acompañe, en el
Kazan Arena ha- brá otro foco de atención, en este caso en las gradas.
Allí, entre los miles de aficionados que se darán cita para seguir el encuentro, ha- brá un nutrido grupo de mujeres iraníes portando pancartas en favor de la presencia femenina en los estadios de su país natal. Sí, porque en Irán las mujeres tienen prohibido el acceso a los campos de fútbol desde 1981, poco después del triunfo de la revolución islámica.
El pasado viernes, con ocasión del pulso entre Irán y Marruecos, jugado en San Petersburgo, la visualización de su protesta fue una de las notas destacadas del partido. La FIFA, entendiendo que su reivindicación trasciende los límites de la política y entra de lleno en el terreno de los derechos humanos, permitió la exhibición de carteles reivindicativos como el que ilustra este tema, algo insólito en el máximo organismo.
Ellas aman el fútbol y quieren poder vivirlo en directo, como sus conciudadanos masculinos. Hoy, en Kazan, volverán a hacer acto de presencia con un objetivo: dejar de ser noticia