Busquets se hace visible
1- Es imprescindible en el equilibrio de la Roja, único en su posición 2- Ante Irán se inventó un disparo brutal que casi acaba en gol
A Sergio Busquets le gusta pasar desapercibido. Es tan profesional, tan discreto, tan efectivo, que su fútbol parece prescindible cuando es indispensable. Él da el equilibrio. Sin aspavientos, imponente. Sale a jugar con una profesionalidad que enamora a los que entienden qué necesita una selección para ganar un Mundial. Sí, precisa de un delantero que marque con el culo o con la rodilla. Necesita un portero que no se asuste, que temple los nervios, que tenga la cabeza en el Mundial. Y después necesita a un Busquets. Y la selección no necesita buscar copias porque tiene el original.
Del Bosque fue el que mejor entendió la necesidad de Busi. “Yo si fuera futbolista de esta selección querría ser Busquets”. Y Hierro debe pensar lo mismo. Debe agradecer tenerle en su equipo.
Busquets hizo bien todo lo que acostumbra a hacer de maravilla pero discretamente y de repente se hizo visible inventándose un chut desde el frontal del área que hizo que Alireza Beiranvand se luciera. Habría sido justo que ese disparo acabara en gol, sólo para que alguno mirara con otros ojos a un futbolista que no necesita el foco, las portadas, los halagos, las palmadas en la espalda, no lo necesita porque se ha acostumbrado a vivir a la sombra de los fenómenos siendo él un auténtico regalo para sus compañeros.
Busquets hace el trabajo profesional y tampoco falla Diego Costa, que al final estaba ahí, para girarse, para buscar la oportunidad. Puede que moleste otras veces, que parezca que no entienda muchos de los códigos de los que pequeños que la tocan en otra frecuencia, pero ya lleva tres goles el hispano-brasileño en el Mundial y esos goles han permitido a la Roja estar clasificada como primera de grupo. Eso y que sólo ha visto una cartulina amarilla, precisamente a Busquets en el primer partido contra Portugal.
Ese es otro valor de la Roja, el juego limpio, el fútbol jugado buscando que corra el balón, dominando todos los aspectos o intentándolo, sin recurrir a las faltas, las pérdidas de tiempo, las simulaciones y todo eso que sí hacen otras selecciones