Vicki Sparks hace historia
Los británicos escucharon por primera vez a una mujer narrar un partido del Mundial
Ayer, la periodista deportiva de la BBC Vicki Sparks pasó a la historia convirtiéndose en la primera mujer en narrar un partido de la Copa del Mundo de fútbol en la televisión británica. Fue la voz principal de la retransmisión del encuentro Portugal-Marruecos y lo hizo junto a Martin Keown ejerciendo de comentarista. Sparks es una habitual de los espacios deportivos de la cadena.
Sparks retransmitió el partido siguiendo las pautas habituales de las narraciones de la BBC. Lo hizo con esa sobriedad tan característica, dejando espacio para el sonido ambiente, sin la inercia de estar hablando constantemente y suponiéndole al espectador su capacidad para observar. No hubo descargas de emoción que generan suspicacias.
Este estilo puede restar intensidad mediática al juego, incluso resultar algo tedioso, pero es un planteamiento honesto, profesional y riguroso que responde a un libro de estilo de la televisión pública. Sparks no describe en cada momento qué jugador tiene el balón, su trayectoria sobre el césped. Se centra en señalar aspectos del juego sin ser reiterativa con la imagen. Quizá, en el partido de ayer, su compañero Keown se quedó algo corto a la hora de profundizar en los análisis tácticos y ella no insistió para que lo hiciera, pero son aspectos secundarios. Sparks solo tuvo que esperar cuatro minutos de partido para cantar su primer gol. Con el tanto de Cristiano, la periodista exclamó: “¡No podía ser de otra manera!”.
Más allá de que la voz era femenina, en lo que respecta a la calidad y estilo de la narración no hubo diferencias remarcables con los demás partidos narrados por hombres. El contraste fue en los imbéciles habituales en las redes sociales: la cantidad ingente de machistas reprochándole el hecho de ser mujer, el deseo de apagar la televisión porque les molestaba su voz o mandándola a narrar partidos femeninos era previsible. No criticaban su trabajo: la despreciaban a ella por su condición. Es obvio que el problema con el siglo que les ha tocado vivir lo tienen solo ellos, no Vicki Sparks con el fútbol