Mucho más que un revulsivo
Iago Aspas debutó con la selección española el 15 de noviembre de 2016. Fue en un amistoso en Wembley, en el que el equipo de Julen Lopetegui estuvo a punto de perder su condición de invicto. Lo evitó el debutante Aspas con un gol salvador en el último minuto.
Desde entonces ha jugado doce partidos con la selección, casi siempre saliendo desde el banquillo, en los que ha marcado seis goles. Y tres de sus tantos han sido salvadores. Además del mencionado gol en Wembley, marcó el gol de la victoria ante Túnez en Krasnodar y salvó a España el pasado lunes con su golazo de espuela ante Marruecos.
Aspas rechaza el cartel de revulsivo, pero lo cierto es que sus seis tantos los ha logrado saliendo desde el banquillo, ya que las pocas veces en las que ha actuado como titular no ha podido marcar. Sus actuaciones y sus goles han reabierto el debate, ya que aunque Diego Costa ha anotado tres goles en la fase de grupos, el gallego ha sido el delantero español con mejores números esta temporadas y sus actuaciones con la selección le hacen acreedor de una oportunidad como titular. “Yo estoy aquí para ayudar al grupo, ya sea jugando cinco minutos, quince o saliendo como titular, el equipo es lo primero”, afirma con humidad el gallego.
Iago Aspas acabó el campeonato de Liga con 22 tantos, sólo superado por Luis Suárez, Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Con la selección ha tenido pocos minutos, pero suficientes para ser decisivo ante Túnez en el amistoso y especialmente en el duelo ante Marruecos del pasado lunes. “Porque el gol lo marcó Aspas, no el VAR”, afirman desde su entorno, dolidos por el hecho de que las portadas fueran para el videoarbitraje y no para el goleador gallego.
Aspas sigue trabajando con la humildad habitual, luchando por convencer a Hierro pero siendo el primero que celebra los goles de Diego Costa, porque sabe que benefician a todos. “Eso nos hará subir el nivel a Rodrigo y a mí”, confesó en Mundo Deportivo después de los dos tantos del hispano-brasileño ante Portugal. Ese día se cerró el debate del nueve, pero Iago Aspas, gracias a ese carácter inconformista que siempre ha tenido, no sólo no bajó los brazos sino que siguió entrenando más que nadie en busca de una oportunidad. La tuvo ante Marruecos y la aprovechó, marcando un golazo de espuela que confirma que está en estado de gracia. Un golazo que permite a España seguir invicta desde la Eurocopa de Francia y pasar a octavos por la parte sobre el papel más asequible del cuadro.
A sus 30 años, a punto de cumplir 31, ha encontrado de nuevo la estabilidad en Vigo después de probar al aventura en Liverpool y Sevilla. En casa se siente mejor que en ningún otro lugar y aunque sus goles le hacen ser un candidato a hora mismo para poder fichar por muchos clubs, su idea es seguir en Balaídos.
En Rusia está viviendo un sueño y está disfrutando más que nadie de su primer Mundial y su primera gran experiencia. En Krasnodar ya marcó con el Celta en la Europa League, lo volvió a hacer en el amistoso ante Túnez y ahora también se ha estrenado ya como goleador en un campeonato del mundo. Ha sido el año de Iago Aspas y el de Moaña, el príncipe de las Bateas, espera que la historia no acabe aquí. Quiere hacer historia con la selección en este Mundial y a ser posible hacerlo como protagonista. De momento los números respaldan su candidatura para hacerse con un hueco en el equipo titular, ya que tiene un promedio goleador con la selección que mejora los de delanteros históricos de la Roja como Villa o Raúl, o los del propio Diego Costa. Es mucho más que un revulsivo
Aspas pide paso tras marcar seis goles en doce partidos, siempre como suplente