Mundo Deportivo (Barcelona)

No es cuestión del estilo, sino de cómo se interpreta

-

No. No es día para tirar balones fuera ni para buscar coartadas con sabor a tópico. Ni siquiera se debería incidir demasiado, más bien lo justo, en la recurrida mala suerte de los penaltis por el azar intrínseco que estas tandas llevan dentro. Y tampoco sería justo culpabiliz­ar únicamente de la derrota al caprichoso VAR que no consideró penalti el claro agarrón a Piqué. Criticable decisión que viene a enturbiar la vara de medir de estos jueces de sillón cuando el anfitrión está en juego.

No. Hoy es un día para afrontar responsabi­lidades y reconocer los errores propios, culpables directos del mal partido de ayer y de los anteriores. Errores a nivel colectivo y errores a nivel individual. Cuando en un Mundial sólo se gana un partido ante Irán en el último minuto es que obligatori­amente se han cometido fallos.

Es el momento de analizar simplement­e la realidad y el por qué España no fue capaz de marcar un gol a Rusia en 120 minutos de juego. Y aunque tiempo habrá también para análisis más profundos sobre el estilo y la forma de jugar del equipo, convendría no querer enterrar desde ya una manera de entender el juego que tanto prestigio le ha dado a esta selección.

España jugó ayer mal. Tan mal como ante Irán y Marruecos. No supo interpreta­r su estilo de posesión y ocupación del campo contrario. No es una temeridad escribir que comenzó a perder el partido cuando Ignashevic­h remató contra su portería.

En lugar de aprovechar el regalo para buscar el segundo y encarrilar el partido cuanto antes, comenzó a especular con pases horizontal­es tan intrascend­entes como engañosos, de esos que sólo valen para engordar las estadístic­as de la posesión y para absolutame­nte nada más. España pasó de tener el balón con intención a tenerlo por inercia y según avanzaban los minutos en posiciones más retrasadas y muertas.

España desperdici­ó su momento y no lo volvió a encontrar. Ni antes ni después del 1-1. Faltó confianza, seguridad. Toques, muchos, pero a dos metros.

Sin profundida­d, sin amplitud, sin velocidad en la circulació­n, sin remate, sin ocasiones claras… España ya no dejó de ser un equipo previsible hasta los últimos minutos, en la prórroga, cuando Rodrigo puso un punto de perpendicu­laridad que hizo daño a un rival lastrado en el aspecto físico. Dominaba, tenía el balón, pero no mandaba en el partido. Casi le estaba haciendo el juego a un enemigo que sólo sabía defenderse y llevaba grabada en la frente la palabra penaltis

 ?? FOTO: SIRVENT ?? España cayó en los penaltis
FOTO: SIRVENT España cayó en los penaltis
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain