Inglaterra, el fútbol no termina de volver a casa (coming home)
El buen aficionado -no tiene que ser un veterano de guerra- recordará aquella musiquilla inconfundible que se convirtió casi en el himno oficial de la Eurocopa 96 (Inglaterra) y que lleva por título “Three lions” (los tres leones del escudo) y un estribillo inolvidable: “football’s coming home” (el fútbol vuelve a casa). Su letra venía a resumir todas las penas de los ‘pross’ desde que en 1966 ganaran el Mundial… En ello siguen, esperando. El martes dieron un paso al frente, aunque con un juego tan desconcertante como el de anteriores grandes citas. Por lo menos rompieron su gafe en los lanza- mientos de penalti –seis tandas perdidas de siete- y por cuarta vez desde 1990 superaban una eliminatoria directa. Ahora, puede pasar de todo. Ytampoco sería extraño que, por fin, ‘el fútbol volviera a casa’ en forma de ‘semis’ o, incluso, de final, pero de momento las esperanzas que se tenían en el joven equipo inglés han perdido fuerza como la espuma de sus pintas de cerveza. Después de haber sorprendido a la Europa futbolística en el último año con los repetidos triunfos de sus selecciones inferiores en las grandes competiciones de las distintas categorías y la renovación total afrontada en la absoluta por el seleccionador del chaleco, Gareth Southgate, existía cierta expectación por comprobar cómo respondía al reto mundialista desde la juventud de un once titular con siete jugadores menores de 26 años y desde un nuevo estilo de juego, que rompe devastadoramente con las raíces del fútbol británico. Presionado por sus dirigentes que le exigen una revolución a la alemana e influenciado por los técnicos extranjeros que invaden la Premier con sus diferencias tácticas, Southgate trabaja sobre un estilo puramente continental y con un sistemay una ocupación de los espacios nunca experimentada en la selección inglesa. Primera premisa, prioridad al juego combinativo. El balón como elemento diferencial, en la salida desde atrás y en la elaboración en el centro del campo. Lo intentan, no siempre les sale. Un abismo entre la teoría y la práctica. Eso sí nada que ver con el juego directo y los balones aéreos desde los centrales a los delanteros que levantaban tortícolis a los centrocampistas. Esta Inglaterra pretende jugar con un portero que saca en corto ( Pickford); una defensa adelantada de tres hombres ( Walker-Stones-Maguire); laterales-extremos en el campo contrario ( Trippier y Yo- ung); un mediocentro posicional ( Henderson); dos interiores con libertad de movimientos ( Delle Alli y Lingaard) y dos delanteros complementarios ( Kane y Sterling). Loable la intención, pero mejorable la ejecución. La gran prueba se verá mañana contra Suecia, un equipo que no ha renunciado a los principios futbolísticos británicos, cómodo en el 4-4-2 con balones frontales en ataque y acumulación de hombres por detrás de balón en defensa y que sigue celebrando los córners y los saques de banda a favor, como han hecho los ingleses toda la vida. La nueva Inglaterra jugará contra sus raíces