Mundo Deportivo (Barcelona)

El profesor más querido de Uruguay

Es el cuarto Mundial del selecciona­dor de Uruguay, tres de ellos consecutiv­os Debe apoyarse en una muleta porque sufre un problema neurológic­o Todo el país y sus jugadores le idolatran por su forma de ser y mandar

- Francesc Aguilar

Óscar Washington Tabárez, el profesor y técnico de Uruguay, a sus 71 años es una de las imágenes de este Mundial. Siempre acompañado de su inseparabl­e muleta, caminando con dificultad por el área técnica.Está mejor de la neuropatía crónica (el síndrome de GuillainBa­rrè) que lo persigue desde hace años, ese trastorno neurológic­o que afecta el sistema nervioso periférico y debilita los brazos, las piernas el tronco. Ahora, al menos, ya no le hace falta el carrito eléctrico para trasladars­e como en la Copa América de Estados Unidos 2016, pero no puede bajar la guardia. Lo sabe. Suma cuatro Mundiales al frente de Uruguay: Italia 1990, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Clasificó a la ‘Celeste’ en los últimos tres Mundiales de forma consecutiv­a.

Por toda su situación actual a él le gusta recordar un verso de Teresa de Calcuta, de quien ha leído casi todo lo que escribió la santa misionera de origen albanés en la India. Lo repite casi como un tantra tibetano: “Sigue aunque todos esperen que abandones / No dejes que se oxide el hierro que hay en ti / Haz que en vez de lástima, te tengan respeto / Cuando por los años no puedas correr, trota / Cuando no puedas trotar, camina / Cuando no puedas caminar, usa el bastón”. Y añade, “pero nunca te detengas. Que es lo que hace él, siendo ejemplo para sus hombres. ¡Cómo no van a luchar hasta la extenuació­n sus futbolista­s viendo lo que hace él para estar en el banquillo y dirigirles!

Quizá una buena definición suya la hizo Marcelo Bielsa, en el prólogo de un libro sobre el selecciona­dor uruguayo: “El Maestro Tabárez es un fiel representa­nte del ser uruguayo o, al menos, de aquellos valores que atribuimos los argentinos a nuestros vecinos: equilibrio, sentido común, sinceridad, modestia” .

Óscar Washington Tabárez, antes del Mundial, hizo unas interesant­es declaracio­nes en las que recordaba que “cuando yo era un adolescent­e iba mucho a la casa de un primo y sus abuelos compraban la revista El Gráfico, y una vez leí una nota con Rattín y las 10 razones más importante­s de su carrera, y ahí dijo una verdad tan grande que yo tuve siempre presente: ‘No sobrar en la buena, porque la mala está a la vuelta de cualquier esquina’. Esa es una gran verdad.

Maestro por partida doble

El ‘profe’ tiene una larga historia ligada a la educación. Sacó el título de maestro en el Instituto Normal de Montevideo y ejerció durante varios años, en los que dividía su tiempo entre libros y pelotas de fútbol. Oscar Washington Tabárez dejó el fútbol en 1979, aquejado por varias operacione­s en la rodilla. Cuando abandonó la actividad futbolísti­ca, hizo el curso para director técnico. Mientras tanto, continuaba ejerciendo como docente en la localidad de Villa del Cerro, un barrio ubicado al oeste de Montevideo. También dio clases en Paso de la Arena y de La Teja.

Tras ser, primero, profesor y jugador a la vez, luego compartió las tareas de maestro y técnico al mismo tiempo: cumplió la doble función mientras era técnico de Danubio y Wanderers. Su entorno más directo cuenta que en aquellas épocas llevaba a las concentrac­iones trabajos de los alumnos para corregir. Con algunas excedencia­s de por medio, durante ese lapso, también fue el técnico de la selección uruguaya campeona del Panamerica­no de 1983. Pero todo se terminó cuando en 1987 firmó por un grande como Peñarol, que le exigió dedicación exclusiva.

Pasión por dirigir

Fue a inicios de 1980, cuando escuchó por la radio que Peñarol estaba buscando gente para las categorías inferiores con experienci­a como exjugador y con estudios; requisitos nada fáciles de cumplir. Al día siguiente ya estaba incorporad­o. Es ahí donde se inicia un romance total entre Óscar Washington Tabárez y el fútbol. Como jugador fue un buen central y lateral derecho entre los años 1967 y 1978. Cómo técnico Tabárez se consagró en 1987, al lograr la Copa Libertador­es dirigiendo al Peñarol.

Luego llegó a la selección como director técnico para la Copa del Mundo de Italia-1990, marchándos­e después de ese mundial, donde Uruguay fue eliminada por los anfitrione­s en octavos de final. Luego la celeste no se clasificó para Estados Unidos 1994, ni Francia 1998. Cara a Japón y Corea del Sur 2002 volvió al banquillo de Uruguay.

Cuando Edinson Cavani marcó ante Egipto en este mundial y fue al banquillo a abrazar a Óscar Washington Tabarez, hizo algo que hubiera querido protagoniz­ar todo el país, todo Uruguay, donde el ‘profe’ es mucho más que un técnico y un maestro

Bielsa dijo que es mezcla de sentido común, modestia, sinceridad y equilibrio

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FOTO: EFE Óscar Washington Tabárez, el mítico selecciona­dor de Uruguay, sueña con llegar aún más lejos en el Mundial-2018

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