CAMPEONA KO
Garbiñe Muguruza vive una pesadilla en la Pista 2 perdiendo ante Alison Van Uytvanck por 5-7, 6-2 y 6-1 Una defensora del título no caía tan temprano en Era Open desde Steffi Graf en la ronda inicial de 1994
Garbiñe Muguruza entregó su corona de Wimbledon ya en segunda ronda, perdiendo ante la belga Alison Van Uytvanck, 47ª del mundo, por 5-7, 6-2 y 6-1 en 1h.51’. Batacazo de la española, que cederá su tercera plaza del ranking mundial, un detalle casi menor cuando ha liquidado la defensa del título en dos encuentros. Por ahora es octava, pero podría incluso caer del top-10 WTA.
Es el segundo peor resultado de una campeona vigente de Wimbledon en la era profesional, sólo superado por la eliminación de la alemana Steffi
Graf en la ronda inaugural de la edición de 1994, que acabaría ganando Conchita Martínez.
Inesperado KOT de Muguruza, a quien no se le da nada bien volver con éxito a una gran cita después de un resultado óptimo en la edición anterior. De alguna manera la caraqueña, 24 años, ya había vivido una situación similar en 2016, cuando también cedió en segunda ronda, ante Jana Cepelova, cuando doce meses atrás había hecho final ante Serena Williams.
En Roland Garros expuso título en 2017, y se quedó en octavos frente a Kristina Mladenovic, si bien semanas después reinaba en la ‘Catedral’, en una pista central que había pisado el día de su estreno, ante Naomi Broady, como manda la tradición del torneo londinense, aunque ante Van Uytvanck fue enviada a la Pista 2, último turno. Y los cracks se mueven mejor en escenarios imponentes, también porque sus rivales sesienten más cómodos en lo que mejor conocen, las instalaciones exteriores.
Hasta el resol de la caída de la tarde molestó a Garbiñe, que además sufrió una aparatosa caída durante el tercer set. Llegó al globo primero de la adversaria, pero resbaló a la hora de cazar la posterior dejada de la belga. Una metáfora del choque. Van Uytvanck creció a la vez que menguaba, presa de los nervios, quien dejará de ser la reina de la competición.
Muguruza entregó siete veces su saque, señal de día negro. Lo enmendó en la manga inicial remontando un 2-4 para llevarse la manga por 7-5. E inauguró el segundo parcial con ‘break’ arriba que enseguida entregó. Quería pero no le salía lo que intentaba la española, que fue desesperándose según la adversaria encadenaba más aciertos. Parcial 5-0 de la belga para cerrar el segundo set e impulsarse en el tercero.
Desesperada, Muguruza se hundió hasta decir adiós ante una Van Uytvanck que no se lo creía porque nunca había brillado en el All England Club y había cedido ante Garbiñe en Florianópolis 2014, sobre pista dura. Aunque era un antecedente sin mucho peso por el tiempo pasado.
Le faltó capacidad de reacción a Muguruza. La responsabilidad atenazó sus brazos. “A ella le salía todo, y a mí no. “Ahora estoy triste, tengo que aprender para cuando lleguen estas situaciones y pueda elevar mi nivel para que ella o cualquier otra jugadora no se sienta tan cómoda”, reflexionó.
Faltó el tan cacareado Plan B. Aunque si la mente se ofusca, no hay alternativa inmediata. Sólo le queda asimilar y aprender la lección. “Cuando vea este partido y hable, sacaré cosas positivas”, afirmó. Trabajo por delante asimismo para su técnico, el francés Sam Sumyk, ausente en 2017 por su paternidad, cuando tomó su papel provisionalmente Conchita Martínez.
Despedida prematura de Muguruza, sí sigue Carla Suárez, que impuso su experiencia sobre Sara Sorribes 6-4 y 6-1