La locomotora del BMC no falla
El equipo estadounidense voló en la contrarreloj por equipos superando al Sky de Froorme y situando a Greg Van Avermaet líder
Tras una espectacular contrarreloj por equipos, el Tour de Francia vivió ayer el tercer cambio de líder después de las tres primeras etapas. Si en la primera fue Fernando Gaviria y en la segunda Peter Sagan producto de su velocidad al sprint, en la tercera era el belga Greg Van Avermaet el que se vestía de amarillo después de que su equipo, BMC, obtuviera el mejor tiempo en la contrarreloj de 35,5 kilómetros en Cholet.
BMC hizo buenos los pronósticos y cumplió. Era, junto a Sky y Sunweb, uno de los favoritos a la victoria y ejecutó el guión previsto a la perfección, por más que Quick-Step se exprimiera en la segunda parte del recorrido y pusiera el corazón en un puño a Greg Van Avermaet y sus compañeros, sentados en un multi ‘hot seat’ sin perder ojo de las imágenes que les ofrecían los monitores de televisión. La contrarreloj tenía dos partes bien diferenciadas. Una primera más cuesta arriba y dura, más de potencia, donde Movistar se defendió mejor, marcando el cuarto mejor registro, a dos segundos de un Mitchelton-Scott que se hundió en la segunda parte, donde muchas formaciones iban perdiendo unidades a medida que avanzaba la carrera. Todos los equipos, menos los dos que habían perdido ya alguna de sus unidades, partían con sus ocho corredores, de los que para la toma de tiempos sólo contaban los cuatro primeros. Hubo escuadras que optaban porque algunas de sus mejores piernas se vaciaran en los primeros 20 kilómetros, lanzando al resto de sus compañeros hacia la meta en la segunda sección de la contrarreloj.
Sagan y Gaviria, descolgados
De esta forma, se veía como Wout Poels o Luke Rowe (Sky), Imanol Erviti (Movistar), José Joaquín Rojas (Movistar), Fernando Gaviria (Quick-Step) o Peter Sagan (Bora), el maillot amarillo, se descolgaban del vagón de su equipo tras vaciarse. No querían ser un lastre. La clave de la segunda parte del recorrido estaba en tener el mayor número de unidades para que éstas entraran al relevo y obtuvieran la mayor velocidad de crucero. Y ésta fue una de las diferencias que hizo que BMC se impusiera en la línea de meta de Cholet, como ya hiciera en la contrarreloj por equipos precedente del Tour, disputada en 2015. Mientras la formación suizo norteamericana llegaba a meta con cinco unidades, Quick-Step lo hacía con cuatro, dos piernas menos que impedían al equipo belga obtener la victoria, quedando al final a 7” de BMC en tercera posición, por detrás de Sky, que se quedó a 4” y que lució como ya viene siendo habitual en ellos un revolucionario mono que les debería ayudar para ganar la batalla a la resistencia del viento.
Tras la tercera etapa, Greg Van Avermaet se viste de amarillo, con el mismo tiempo que su compañero de equipo Tejay Van Garderen Van Garderen. Tom Dumoulín (Sunweb) es el gallo mejor posicionado, 7º, a 11” del nuevo líder, mientras Sagan baja a la décima posición.
Tercer líder en tres días
Los favoritos van tomando posiciones a la espera de los otros dos grandes test que de forma rápida les esperan, el Muro de Bretaña y la temida etapa con los 15 tramos de adoquín. Rigoberto Urán (EF Education First), es ahora el 11º, y en el margen de cuatro segundos quedan por este orden Richie Porte (BMC), Alejandro Valverde (Movistar), Landa (Movistar) y Froome (Sky).
Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida) se separa una docena de segundos y Nairo Quintana (Movistar) se descuelga a más de un minuto del pelotón de candidatos. Así, Froome sale de la CRE como gran beneficiado, con Quintana buscando ya en el recorrido donde puede pasar al modo ataque para empezar a restar el tiempo perdido. Ya va a contracorriente