De perder una apuesta a aprender a volar
Bernat Ribera crece en el snowboard tras iniciarse en él cuando era pequeño por un curioso azar
“En la madrugada del 14 al 15 de febrero nos levantamos a las 3 de la mañana. A medida que Regino iba pasando rondas, me iba poniendo más nervioso. Su bronce le va a venir muy bien al snowboard español”. Son palabras de Bernat Ribera Violan (29-9-2000), uno de los jóvenes valores del boardercross español en este deporte. Hace apenas cinco meses, ese bronce olímpico de Regino Hernández demostraba que las barreras ya no son un tabú en esta disciplina.
Bernat se inició a los ocho años en su deporte por una apuesta: si la perdía, tendría que dejar el esquí que practicaba desde los tres años e iniciarse sobre la tabla. La perdió y el snowboard ganó así a un practicante que ya se ha hecho notar en categorías inferiores: en febrero ganó su primera prueba FIS a nivel júnior en Alpe d’Huez y en marzo venció en los Winter School Games de Grenoble, una competición para jóvenes valores reconocida por el COI. “Me hizo ver que igual sí que se puede llegar a lo más alto”, cuenta Bernat. Sus éxitos, de momento, le han servido para entrenar junto con Regino Hernández, Lucas Eguibar y Laro Herrero, referentes mundiales a nivel absoluto. Ribera, por ahora, compite a nivel júnior.
Es el buque insignia del proyecto de futuro del cross español. Se prepara a las órdenes de Àlex Martín y no se esconde ante las exigencias del deporte de élite, al tiempo que las combina con los estudios. Ha acabado segundo de Bachillerato y estos obligan a que muchas concentraciones tengan lugar en verano. “Es entonces cuando hacemos la pretemporada y vamos de concentración a Suiza. Nos levantamos a las 6 de la mañana para pasar cuatro horas entrenando en un glaciar”, explica. La técnica es una parte que prepara al igual que la física y la psicológica. “La técnica siempre se me ha dado bien porque antes del snowboard ya practicaba con el ‘skate’ y hay transferencia entre los dos deportes”, cuenta Bernat. “Después trabajamos a nivel psicológico para ahuyentar todos los miedos en la pista. Y la suerte es un factor muy importante en nuestra disciplina, pero también se trabaja cada día con simulaciones de carrera en los entrenamientos”, añade.
Progreso internacional
Ese trabajo ha obtenido su rédito en competiciones internacionales. “Tenemos unas condiciones que nos permiten prepararnos muy bien”, dice Bernat. Cuenta además con algunas ayudas para seguir progresando en un deporte en el que también ha dejado su sello en otras modalidades, como el gigante paralelo. Eso sí, en uno de los momentos más duros de su trayectoria.: antes de sufrir una lesión en el brazo durante el cross. Recuperado, siguió progresando en su disciplina fetiche. “Se está trabajando bien desde la RFEDI y creo que cada vez estaré más cerca de las posiciones delanteras”, espera Bernat.
Para intentarlo, trata de mejorar en los aspectos en los que se ve con más dificultades. El físico, por ejemplo. “Siempre he ido tarde en el crecimiento y mi margen de mejora aquí es amplio”, añade. Esas ganas de aprender son su gran baza para llegar al primer nivel. “Noto que también me queda mucho margen de mejora sobre la tabla, porque he introducido cambios pero estos se van viendo ahora”, explica. Así, afronta una temporada 2018-2019 en la que espera seguir mejorando y traducir su progreso a resultados. “Me gustaría poder entrar en todas las finales de la Copa de Europa para estabilizarme en el circuito y acabar en el top10 júnior”, cuenta.
Porque sabe que el tiempo va pasando y cada vez está más cerca la hora de convertir en realidad sus sueños. El más grande tiene una forma compuesta por cinco aros. “De pequeño veía los Juegos Olímpicos por la tele y son un objetivo desde que empecé. Espero entrar en el equipo español en este ciclo olímpico hacia Pekín 2022 y luchar con los mejores. Estar con Lucas, Laro y Regino es una oportunidad para mí que afronto con muchas ganas”, explica. Su ejemplo le hace desear el trofeo más preciado. “Mi gran sueño es el oro olímpico”, admite.
Es uno de los jóvenes que aspiran a seguir la estela de éxitos del boardercross español
Por tener la oportunidad de luchar por él trabaja cada día. Hace década y media decidió construir su hábitat sobre la nueve. Nadie le hubiera dicho a sus ocho años que aquella apuesta perdida le iba a cambiar la vida. Nadie podría haber predicho que, pese a que aún era muy joven, ese juego le iba a abrir las puertas al deporte que le ha permitido aprender a volar
Ganó en marzo los Winter School Games y con ellos ha crecido la confianza en sí mismo