Paulinho, otra cuestión de fe
¿Cómo se puede explicar y entender que el Barça gane con él 25 millones en apenas 11 meses y el Guangzhou Evergrande pueda perder hasta 60?
El 23 de enero, superada la revisión médica, el Inter hizo oficial la incorporación de Rafinha. El comunicado oficial del Barça señalaba que los clubs habían llegado a un acuerdo de cesión hasta el 30 de junio de 2018 que incluía una opción de compra por 35 millones más 3 en variables”. Extraoficialmente se filtró que esa alternativa era obligatoria y que si no se hacía público era para no afectar al ‘fair play’ financiero del Inter. Rafinha estará mañana en Sant Joan Despí para ponerse a las órdenes de Valverde. La opción del Inter, evidentemente, no era obligatoria.
El domingo, el Guangzhou Evergrande anunció el regreso de Paulinho a China tras 11 meses en el Barça hasta donde llegó procedente del mismo club que ahora le repesca. Horas después el Barcelona confirmó la salida en términos de cesión. El comunicado oficial no especificó ningún tipo de obligatoriedad, como en el caso de Rafinha. Sin embargo, todos los que hemos consultado al Barcelona sobre los detalles de la operación hemos obtenido la misma respuesta: “Es una cesión sin derecho a retorno. Opción de compra obligatoria”. Y dan una cifra: 50 millones, 10 más de los que pagó el Barça en agosto. Negocio redondo, sin duda. Un pelotazo.
Si es así, como cuentan todas las voces autorizadas, es extraño que no se especifique el fondo de la cuestión en el comunicado. Desde dentro se explica por razones de confidencialidad. Desde fuera uno se pregunta qué tipo de confidencialidad es esta si, bajo mano, se le cuenta a todo el mundo la verdad. Fuentes solventes, dando un paso más, explican que se obvia la obligatoriedad de la cesión en la notificación oficial por petición expresa del comprador para evitar que el Guangzhou tenga que pagar por ley (suponemos que ahora mismo) otros 50 millones en impuestos. Y, de acuerdo, puede ser eso, pero eso es tanto como reconocer implícitamente que el Barcelona está ayudando al club chino (como en enero con Rafinha se suponía que se estaba ayudando al Inter) para que hagan una pirula/ingeniería financiera con los números y eviten un ridículo mundial: en verano del 17 vendieron a Paulinho por 40 y en verano del 18 le compran por 50 +50 en impuestos locales. Es decir, que según estas cuentas el Guangzhou perdería 60 millones con Paulinho. En fin, otra cuestión de fe. Veremos si acaba mejor que cuando se hizo con Griezmann porque los mismos que daban por fichado al francés dicen que lo de Paulinho es obligatorio