Mundo Deportivo (Barcelona)

Un duelo eterno

La marcha de Cristiano Ronaldo del Real Madrid cierra el cara a cara más legendario de la historia de la Liga desde Kubala y Di Stéfano

- O. Zárate/X. Muñoz

El 10 de julio de 2018 pone fecha de clausura al mayor duelo individual de la historia de la Liga. Probableme­nte, sólo lo que representa­ron en la década de los 50 del pasado siglo las figuras de Ladislao Kubala y Alfredo di Stéfano como faros de Barça y Real Madrid pueda equiparars­e, salvando las distancias temporales, a lo que durante los últimos nueve años ha supuesto para el fútbol español el pulso Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Ni siquiera la Premier League, con todo su potencial económico y mediático, ha podido eclipsar el interés universal del Clásico con estos dos animales competitiv­os de iconos.

El delantero portugués cerró ayer su traspaso a la Juventus. Vestido de blanco, deja tras de sí más goles que partidos (450 en 438), lo que ya es decir mucho, pero sobre todo se recordará su lucha obsesiva por sentirse el número uno, objetivo para el que ha dedicado su vida, su profesión y sus declaracio­nes, siempre con su polo opuesto azulgrana de referencia ineludible incluso para él, sin que Messi haya entrado nunca en sus desafíos dialéctico­s.

Hasta los culés más acérrimos le reconocerá­n a Cristiano un egocentris­mo hiperprodu­ctivo que le ha ido de maravilla al Real Madrid para soportar la ‘era Messi’. En contrapart­ida, los incondicio­nales merengues, con CR7 en Turín, ya pueden decir abiertamen­te que el mejor futbolista que han visto se llama Messi aunque juegue en el Barça.

Precisamen­te, Cristiano Ronaldo llegó al Real Madrid en 2009 como antídoto de Messi, un antídoto que preparó el ex presidente Ramón Calderón y que aceptó subsidiari­amente Florentino Pérez al iniciar su segunda etapa en el palco del Bernabéu. Su crack de autor era, no lo olvidemos, Kaká. Quizás el escaso entusiasmo del presidente hacia CR7 se debiera a que venía de perder la única final de Champions que hasta ahora le ha enfrentado a Messi, la de 2009, con gol y triunfo del argentino del Barça al ManU de CR7.

La coexistenc­ia de CR7 y Messi en la Liga se ha saldado clarísimam­ente a favor del ‘10’ azulgrana, con seis alirones desde 2009 por dos de Cristiano, con más goles del culé (329 en 309 encuentros) que del merengue (311 en 292). También el balance global de títulos -24 por 16- está a favor de Messi, aunque el ‘rush’ final de la carrera de Cristiano en el Madrid, con esas tres Champions seguidas, haya reparado en mucho lo que se le reprochó en sus primeros seis años blancos: que su maná de goles no servía para ganar títulos.

A medida que cumplía años, CR7 comprendió que su colección de Balones de Oro dependía de lo que hiciera en Europa. Ahí, hasta empatar a cinco con Messi en el trofeo de France Football, se volcó los últimas temporadas, dosificand­o esfuerzos para los cruces de Champions. La única vez que se vieron las caras en el gran torneo con Barça y Madrid se lo llevó otra vez Messi, en la semifinal de 2011: Leo marcó dos golazos en el Bernabéu.

Ahora, CR7 se va a Italia. Sólo Europa puede rescatar el mano a mano con Messi. Se acabaron las promocione­s del Clásico de la Liga con las caras del argentino y el portugués. Javier Tebas llora en un rincón

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