Historia de dos fotografías
El pasado 2 de diciembre de 2017, una fotografía que era una noticia en sí vio la luz gracias a la cuenta de Twitter de RAC1. Era una imagen (la pequeña que aparece en este artículo) en la que se veía, de lado y no mirando a la cámara que la inmortalizó, a Arthur Melo, entonces jugador de Gremio, y a Robert Fernández, por aquellos tiempos secretario técnico azulgrana posando juntos en un restaurante de Porto Alegre. Y era noticia por dos motivos: en primer lugar, porque evidenciaba el contacto entre el Barça y un futbolista de otro club al que quería fichar; por otro, porque en la foto Arthur aparecía ya con la camiseta del Barça puesta pese a tener contrato con Gremio. Toda una declaración de intenciones.
Foto sin permiso
La foto que circuló se tomó sin permiso y las que se hicieron con permiso eran, obviamente, de consumo interno de los interesados y de sus familiares. Pero la que vio la luz para sorpresa de todos ellos y, sobre todo, del FC Barcelona y de Gremio de Portoalegre, trajo cola pese a su escasa calidad. Nadie forzó a Arthur a ponerse la camiseta pero el hecho de que la instantánea corriese por todo el mundo molestó a los dirigentes del club brasileño. Ya sabían que Robert y André Cury, también empleado del Barça, iban a verse con el jugador y su familia porque les habían avisado, pero que el encuentro se conociese y que un jugador suyo apareciese con otra camiseta les escoció. Incluso hubo un directivo de Gremio que pidió denunciar al Barça ante la FIFA.
Enfado doble
A todo esto, desde el Barça no se disimuló una reacción de enfado por
Circuló una foto ‘robada’ de Robert con Arthur; MD tiene la fotografía buena
que Robert hubiese sido ‘cazado’ en esa situación y por los problemas que pudiese ocasionar, legales y de imagen. También tuvo un gran disgusto el secretario técnico porque creyó que la foto que vio la luz había sido ‘robada’ y publicitada pese a saber que le dejaba en mal lugar. Es decir, que Robert creyó que la foto circuló con la intención de dejarle ‘retratado’ y que se movió desde el club. Y es que las fotos buenas que se hizo Fernández con Arthur, en las que miraba a cámara, nunca salieron en los medios. Hasta ahora, en que MD ha tenido acceso a una de ellas, cuando ya no hay riesgo. Una, precisamente, que hizo la madre de Arthur y en la que se ve tanto al jugador como a Robert mirando a cámara. De hecho, al fondo de la imagen, en un espejo, se ve reflejada a la mamá de Arthur disparando.
Efecto disuasorio y positivo
En el fondo, la fotografía que vio la luz causó impacto negativo a corto plazo por el mal rollo que generó a todas las partes implicadas, pero a la larga fue clarificadora: Arthur sólo tenía ojos para el Barça, lo que era un mensaje disuasorio para el resto de clubs interesados en ficharle. Además, impedía al Gremio organizar una subasta por su futbolista, lo cual era beneficioso para el Barça