Kerber arrebata la gloria a Serena
La alemana toma el relevo de su compatriota Graf conquistando su primer Wimbledon, tercer Grand Slam, vengándose de mamá Williams
Angelique Kerber vuelve a hacer historia para el tenis alemán, que no tenía una campeona en Wimbledon desde Steffi Graf en 1996. Se tomó la venganza de la final perdida en el All England Club en 2016, exprimió al máximo que Serena Williams, 36 años, todavía se halla a un par de escalones de su máximo rendimiento.
Kerber impuso su regularidad para vencer por 6-3 y 6-3 en una hora y cinco minutos. A sus 30 años suma su tercer Grand Slam, tras los Open de Australia y Open USA conquistados en 2016, cuando dominó el circuito femenino. Está de vuelta la germana, que suma su duodécima corona profesional y se lleva un talón de 2.250.000 libras, alrededor de 2,5 de euros.
Kerber, 11 golpes ganadores y 5 errores no forzados; Serena, más fallos que aciertos, 24 a 23. Ya era una gesta que la estadounidense se plantase en la final, en el que es sólo su cuarto torneo tras haber sido madre en septiembre, superando además un complicado postparto. Se quedó sin su octavo Wimbledon, no alcanzó los 24 ‘grandes’ de Margaret Court, pero dio una nueva lección de superación. Como ella mismo proclamó en la ‘Catedral’, ante los 15.000 aficionados: “Madres de todo el mundo, he jugado por vosotras, pero Kerber estuvo increíble”, dijo una emocionada norteamericana, que ya en Roland Garros se enfundó en un buzo de uniforme reclamando que las madres no debían tener complejo físico alguno después de un embarazo.
Serena no ha alcanzado aún su mejor forma física, pero afronta cada reto con una aplicación envidiable. El cuadro de competición, con la caída en cascada de favoritas en las rondas inaugurales, había ayudado a que se despejase su ruta, pero Kerber ya era mucho para su estado actual.
Serena arriesgó al máximo, porque no le quedaba otra. Lo intentó y perdió ante una Kerber madura y potencial, con experiencia suficiente para no dejarse intimidar por la legendaria figura de la americana, que había ganado sus 20 partidos anteriores, ya que fue la mejor en 2015 y 2016, perdiéndose la edición de 2017, el torneo de Garbiñe Muguruza.
“Eres un ejemplo para todas nosotras”, significó Kerber, que lloró tendida sobre el césped de la central. Arrebató la gloria destinada a la pequeña de las hermanas Williams, recobró su esplendor de dos cursos anteriores, después de haber digerido a pequeños bocados las dificultades que entraña llegar a la cima y ser la rival a batir cada día.
Kerber ascenderá de la décima a la cuarta plaza mundial, Serena se plantará en la 28ª desde la 181ª. El muro germano fue muy alto. Lewis Hamilton y Tiger Woods vieron desde la grada, así como otros ilustres deportistas, cómo la lógica por una vez iba en contra de Serena en Wimbledon
Serena Williams Madres de todo el mundo, si yo he podido con todo esto, vosotras también”
Hace dos meses no sabía si sería capaz de jugar y ahora me veo candidata a ganar otro Grand Slam”
Diría que es una bonita historia, aunque le cambiaría el final”
Ser la siguiente tras Graf es algo increíble”