Todo sobre el trasplante de Abidal
La Vanguardia publicó un reportaje con el testigo directo de los médicos y del propio Eric
Firmado por el especialista en Medicina Josep Corbella, el diario La Vanguardia publicó ayer el reportaje ‘La verdadera historia del trasplante de Abidal’ en el que se hace una reconstrucción paso a paso del proceso médico y jurídico de donación de hígado a Eric en boca de los médicos que intervinieron en la operación el 12 de abril de 2012 y en la donación: Ramon Adalia, jefe de coordinación de trasplantes del hospital,y Juan Carlos García-Valdecasas, cirujano que dirigió la operación del trasplante.
Abidal confiesa: “Los doctores me dijeron: ‘Hay que ir rápido’. Me explicaron que podía ser peligroso para el donante. Yo no juego con la vida de los demás. Yo quería esperar. Fue mi mujer quien contactó a mi madre para preguntar si en la familia había personas con el mismo grupo sanguíneo que yo”. García-Valdecasas, que dirigió la intervención señala que “se complicó, entramos en el quirófano a las ocho de la mañana y salimos a la una de la madrugada, después se lo cuento”.
La historia narra cómo los médicos le indicaron a Abidal de la necesidad de buscar un donante vivo ya que en el tiempo de espera de un donante cadáver la enfermedad podía avanzar demasiado. Eric era el número 12 en la lista de espera de su mismo grupo sanguíneo. La mujer de Eric contactó con la madre de este para buscar familiares con el mismo grupo sanguíneo y ahí aparecieron su primo, Gérard Armand, cuya madre es hermana del padre de Abidal, y un amigo, Yacine. Seleccionaron el primero por un motivo técnico. “Tenía el hígado más grande. Para una persona de 75 kilos como Éric, necesitamos unos 750 gramos de hígado, alrededor de un 1% de su peso. Si el hígado implantado es demasiado pequeño, puede sufrir insuficiencia hepática”, afirma García-Valdecasas.
Tres pasos de validación
La intervención debía ser aprobada primero por un equipo médico diferente, que debía certificar que la donación era voluntaria y altruista, como es preceptivo en España por un real decreto que regula los trasplantes. Ramon Adalia, que participó en aquella sesión, asegura que “este año hemos evaluado tres casos en que los donantes se habían sentido obligados porque eran familiares de los enfermos y no sabían cómo decir que no. En estas situaciones no autorizamos el trasplante. En otros casos en que la identidad no está clara, especialmente si son donantes de según qué países, acudimos a consulados y embajadas para hacer las comprobaciones que hagan falta. No damos luz verde sino estamos seguros.Pero en el caso de Ab id al, estábamos muy tranquilos de que lo correcto era autorizar el trasplante ”.
Luego fue el comité de ética asistencial del Clínic el que hizo la evaluación, donde un miembro del equipo que atendía a Abidal ( el hep ató logo Jor di Colmenero) y otro del equipo de coordinación de trasplantes que había evaluado la situación psicosocial de Gerard (el internista David Paredes) presentaron el caso el 22 de marzo. Por último, el trasplante debía ser autorizado por la justicia. El cirujano García-Valdecasas y Jordi Colmenero se presentaron el 26 de marzo ante la jueza María del Carmen Conesa, que comprobó la identidad del donante, revisó la documentación facilitada por el Clínic y autorizó que se realizara el trasplante.
El 12 de abril, a las 08.00 h. comenzó la operación. “Son dos intervenciones que se hacen al mismo tiempo; está todo pautado para que el trozo de hígado que se trasplanta esté el mínimo tiempo posible fuera”, explica García-Valdecasas, y añade que “fue un trasplante muy duro”.
Otra de las novedades que arroja La Vanguardia, a diferencia de lo publicado en otros medios, esquela doble intervención se hizo en el hospital Clínica cargo de la sanidad pública porque‘ Abi ’, con permiso de residencia en España y tarjeta sanitaria, tiene los mismos derechos que un paciente español. “Es falso que el trasplante se realizara en Barna Clínic (la entidad del Clínic que ofrece asistencia sanitaria privada) como se ha dicho”, dice García-Valdecasas. En cambio, sí es cierto que la intervención para extirpar el primer tumor en marzo de 2011 se hizo en Barna Clínic “porque nos permitió
‘Abi’ era el 12º de la lista de espera y su mujer encontró a su primo y un amigo
Fue operado en el Hospital Clínic, público y no en el Barnaclínic, privado
ganar tiempo: la pudimos hacer sólo dos días después del diagnóstico”.
“Cuando pusimos a Éric en lista de espera para trasplantes, ya hubo una reacción tremenda de personas que dijeron que podía saltarse la lista”, recuerda García-Valdecasas. “Es imposible saltarse la lista, es pública y transparente”. “Hay tanta gente involucrada que, si cometiéramos una ilegalidad, se sabría”, añade Ramon Adalia, jefe de coordinación de trasplantes del Clínic. “Es imposible que podamos esconder nada. No conozco a nadie aquí que esté dispuesto a arriesgar su carrera con una ilegalidad”