La sede japonesa toma forma, pero con obstáculos
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 comienzan a tomar forma cuando restan justo dos años, con una parte importante de las sedes ya construidas y el calendario de las competiciones y otros detalles del evento definidos.
Los preparativos para la segunda edición que acogerá la capital nipona tras la celebrada en 1964 encaran su fase final al ritmo previsto, después de que la organización atravesara varios baches que le obligaron a modificar aspectos clave de los Juegos como el diseño del estadio olímpico o el logotipo de la cita. Las sedes de las competiciones son cada vez más visibles en un Tokio cuyo paisaje urbano se ve modernizado con motivo de los Juegos y que, al igual que hace 54 años, quiere aprovechar la ocasión para incrementar su proyección internacional y su atractivo turístico.
Los trabajos de construcción de instalaciones e infraestructuras se encuentran completados entre un 20 y un 40 por ciento, según datos de la organización, que prevé que todas las sedes estén terminadas en 2019 y acojan torneos test ese mismo año.
Entre ellas destacan las obras del estadio olímpico, sede central de los Juegos y escenario de la ceremonia de inauguración prevista para el 24 de julio de 2020, y cuyo rumbo se ha enderezado tras descartarse el proyecto inicial de la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid debido a su coste desorbitado. Bautizado oficialmente como Nuevo Estadio Nacional y construido sobre el antiguo coliseo olímpico usado en 1964, el edificio, obra del arquitecto nipón Kengo Kuma, tendrá un aspecto más sobrio, funcional y ecológico, en línea con la tradición japonesa.
También avanzan dentro de lo planeado las obras del Centro Olímpico Acuático, la Villa Olímpica o los estadios de Ariake de tenis y voleibol, todas ellas situadas en la bahía de Tokio, la zona de la ciudad que acogerá un mayor número de competiciones