Mundo Deportivo (Barcelona)

Malcom, de Roma a Portland

En solo 24 horas, y le sobraron 24 más, el Barça levantó el fichaje del brasileño a Monchi como él antes se lo había levantado a Everton y Tottenham

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El lunes 23 amaneció para Abidal con otro sobresalto personal. La fiscalía solicitaba reabrir la investigac­ión de su trasplante de hígado. En lo profesiona­l, también agitación. El Chelsea insistía en que no rebajaría el precio (70 millones) de Willian, la primera opción del Barça para la banda derecha. Una carta por la que Eric, como máximo, quería apostar 50. Demasiada diferencia. Quizá era el momento de activar el ‘Plan B’.

Desde Rennes, 500 kilómetros más arriba de Burdeos, situaban a Ismaïla Sarr (20) en el universo Barça. Se trata de un extremo senegalés, de 20 años y 1,85, sobre el que Robert Fernández había dejado buenos informes. El chico, sin embargo, no era la segunda opción blaugrana. El segundo puesto del escalafón era para Malcom, muy buen zurdo que en el Girondins, jugando a pierna cambiada, había un gran campeonato: 12 goles y 7 asistencia­s.

De repente, ya por la tarde, la Roma anunció que tenía un acuerdo con el brasileño. Y lo tenía de verdad. Pero sin estar firmado. Craso error. Cinco años de contrato a 2,5 millones para el jugador y 32 millones, más 4 en variables, para el Girondins. A las 20.00 h, estaba previsto su viaje a Roma en vuelo privado que salía de Bordeaux-Mérignac y tenía prevista su llegada al aeropuerto de Ciampino pasadas las diez de la noche.

El Barça, contrarrel­oj, reaccionó. Eric Abidal habló directamen­te con Stéphane Martin, presidente del club francés, y también con el jugador, conversaci­ón que acabaría siendo decisiva, mientras su mano derecha, Ramon Planes, contactaba con Fernando García, agente de Malcom, que actuaba en nombre de Elenko Sports, con quien se había reunido tres veces en el último mes. Se trataba, lo primero, de ganar tiempo. ¿Cómo? Bloqueando el viaje a partir de una oferta superior a la hecha por Monchi, director técnico de la Roma. El Barça hizo ambas cosas.

Los aficionado­s romanistas que esperaban a Malcom en el segundo aeropuerto de la ciudad, se quedaron perplejos al saber que el Girondins había desautoriz­ado el viaje a la capital italiana. El teléfono de Monchi ardía y el Barça admitía que en esa jugada había tanto interés como estrategia. Malcom interesaba pero también interesaba que el Chelsea supiera que o aflojaba con Willian o el Barça se retiraba de la puja. Vamos, que tenía que elegir entre venderle al Barça por 50 millones. o arriesgars­e a que un rival directo, el United, fichase a William por los 70 que quería ingresar.

Había, por otra parte, un problema adicional. El tiempo. Este asunto, teniendo en cuenta que estaba cerrado con la Roma, no podía alargarse indefinida­mente. Se marcó un plazo para solucionar­lo: 48 horas. Han sobrado 24. El Barça tiene libre el dorsal 7 que había reservado para Griezmann y que es el mismo que el brasileño Malcom ha usado en el Girondins. Ayer agentes de su empresa de representa­ción estuvieron en Barcelona. En Burdeos se quedó Francisco García hablando cara a a cara con el club y por videoconfe­rencia con Monchi. Lo último que sabemos de él, es que el agente del futbolista esperaba que el Girondins les autorizara ayer a viajar a Roma, donde tenía un acuerdo en firme. Se equivocó. Llegó la autorizaci­ón pero para viajar a Barcelona y firmar hasta 2023. Por cierto, en la última semana, el Girondins ha tenido ofertas del Everton y Tottenham, que también dispuestos a pagar más de 35 ‘kilos’. La Roma intervino subiendo a 36 y el Barça ha acabado sellándolo por 41. Hoy, a Portland

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FOTO: AP Malcom, ayer por la tarde en las oficinas del Barça Un día antes estaba a punto de viajar a Roma

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