El Sevilla de Machín aplasta al Újpest
Los hispalenses ponen pie y medio en la siguiente ronda a falta de la vuelta, el próximo jueves
Solo una debacle histórica podría hacer que el Sevilla no acceda a la siguiente ronda de la fase previa de la Europa League. El conjunto hispalense superó ayer por 4-0 al Újpest húngaro dejando en un mero trámite el partido de vuelta de esta eliminatoria, que se celebra el próximo jueves. Jesús Navas, Ben Yedder desde el punto de penalti, Sarabia y Franco Vázquez hicieron los goles de un cómodo encuentro marcado por la expulsión Pauljevic con más de una hora por jugarse. Era el estreno de Machín en el Ramón Sánchez Pizjuán y tanto el resultado como las sensaciones ofrecidas no pudieron ser mejores.
La diferencia de nivel entre ambos conjunto se vio desde el pitido inicial. Tan solo 7 minutos tardó en inaugurar el marcador un Jesús Navas que, con diferencia, fue el mejor jugador ayer sobre el césped de Nervión. Lo hizo al aprovechar un buen pase largo de Roque Mesa, y con la fortuna de su lado al dar su disparo a puerta en Nagy para despistar y superar a Pajovic. El portero rival, por cierto, fue el mejor de los visitantes, con varias intervenciones de mérito que evitaron que la derrota fuese aún más abultada.
Penalti y expulsión
En segundo tanto llegó en el 32’, al materializar en gol Ben Yedder un penalti cometido por Pauljevic sobre Sarabia que el árbitro estimó como merecedor de tarjeta roja. Y en el 43’, al filo del descanso, Sarabia dejó el encuentro definitivamente visto para sentencia al aprovechar un pase de al muerte de Jesús Navas.
En la reanudación, Machín continuó
viviendo con intensidad el encuentro desde la banda, pero el Sevilla inevitablemente se relajó y no fue hasta 92’, como colofón, que llegó el definitivo 4-0 de Franco Vázquez.
Los casi 30.000 espectadores que se dieron cita en el Pizjuán se marcharon a casa satisfechos con lo que vieron. Hay que tener en cuenta que el Újpest tiene el nivel que tiene, pero sin duda que el estreno de Pablo Machín en partido oficial fue, cuanto menos, ilusionante para la parroquia sevillista