Mundo Deportivo (Barcelona)

Démare recoge los frutos del sacrificio

El ciclista francés se impuso en la llegada de la 18ª etapa en Pau ante la permisivid­ad de los hombres fuertes, que se dosificaro­n

- Celes Piedrabuen­a

Pasó como pudo las dos etapas previas de los Pirineos y ayer Arnaud Démare (FDJ) obtuvo su premio a tanto esfuerzo y sacrificio con el triunfo en el sprint de la 18ª etapa del Tour, de 171 kilómetros, entre Trie-sur-Baïse y Pau. Christophe Laporte (Cofidis), 2º, reclamó una maniobra irregular de su compatriot­a que casi no se intuyó en una llegada que es la tercera más repetida de la historia de la carrera (61), tras París (108) y Burdeos (79). Un día que transcurri­ó sin novedad entre los favoritos, más allá de la caída de Nairo Quintana (Movistar) y la buena colocación del líder Geraint Thomas (Sky).

Como era de esperar la etapa volvía a decidirse al sprint, después de que Peter Sagan (Bora) fuera el mejor en este desenlace en la meta de Valence en la 13ª jornada. Pero ayer el tricampeón del mundo no pudo sumar su cuarta victoria. Pese a estar lastrado tras la caída del miércoles, el maillot verde del Tour estuvo bien colocado en todo momento, ayudado por el buen trabajo de sus

LAS CLAVES

PODERÍO AL FINAL Démare fue el que mejor leyó los metros finales y el que mejor se colocó para el sprint

TEMOR EN EL CUERPO Los favoritos se reservaron ante el penúltimo test serio de la carrera de hoy

compañeros de equipo, pero al final le faltó la pegada necesaria al tener el cuerpo dolorido.

Escapada de rigor

Thomas Boudat (Direct Energie), Niki Terpstra (Quick-Step), Guillaume van Keirsbulck (WantyGroup­e Gobert), Luke Durbridge y Matthew Hayman (Mitchelton­Scott) centraron la atención de la televisión al protagoniz­ar la fuga del día, hasta que el pelotón aceleró en la aproximaci­ón a la segunda cota de 4ª del día, Côte d’Anos ( 2,1 km al 4,6%) a 18,5 km de meta. En este punto se tensó la carrera, pero los equipos de los sprinters no iban a permitir ninguna aventura.

A medida que el pelotón se acercaba a Pau los equipos de los velocistas ocupaban las posiciones de privilegio. Ante la ausencia de algunas de las piernas más veloces –Gaviria, Greipel, Kittel o Groenewege­n– el resto de sprinters tenían que aprovechar su oportunida­d. Los Degenkolb, ganador de la novena etapa, Démare, Laporte, Colbrelli, Boasson Hagen o Kristoff se encontraba­n ante una ocasión de oro. Y el más fuerte fue Arnaud Démare (FDJ), que logró su segunda victoria en el Tour tras la de 2017 en Vittel. Varios equipos lucharon por colocar a sus sprinters en la pole, de una carrera que ya empezó a definirse a 2 kilómetros de meta cuando el alto ritmo del Bora, más de 60 km/ h, estiró sobremaner­a el pelotón. Curva final y recta de 500 metros, en la que Démare se impuso con autoridad en la línea de meta, teniendo tiempo de abrir los brazos y abrazar por tercera vez la gloria esta temporada, tras los triunfos en la París-Niza y en la Vuelta a Suiza.

Los favoritos se reservaron y evitaron males mayores a la espera de lo que pueda suceder hoy en la penúltima etapa decisiva. Una jornada dura de verdad, de 200 kilómetros, con seis puertos de muy señor mío, con nombres tan míticos en el saber ciclista como Tourmalet o Aubisque. Expectació­n

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