Duplantis, el héroe juvenil
La última maravilla de la pértiga, campeón de Europa con solo 18 años, aprendió de su padre con una pértiga de juguete y es el ‘protegido’ del recordman Lavillenie
El hombre que más alto ha llegado con una pértiga, Renaud Lavillenie (6,16 metros), estaba siendo derrotado por un chaval de 18 años y parecía el tipo más feliz del mundo. Abrazaba a su verdugo, se hacía selfies con él y apretaba los puños cuando Armand Duplantis, ‘Mondo’ para la familia y amigos, superaba una y otra vez el listón en la final del Europeo de Berlín hasta lo imposibe: 6,05 metros. Récord mundial junior, récord europeos sub 23, récord de Suecia. Plusmarca personal por 12 centímetros en una sola noche. “Nunca me alegré tanto de la victoria de un rival, nunca un bronce me hizo tan feliz”, decía el destronado Lavillenie. No en vano lo tuvo en su casa de Clermont Ferrand diez días, el pasado junio. Entrenaron juntos, saltaron, rieron. “Es como un hermano”, repetía.
Un hermano pequeño que apunta a superar al maestro, porque nadie llegó tan lejos con la pértiga a tan temprana edad. En realidad, ‘Mondo’ no hizo más que ‘mamar’ pértiga desde que nació, viendo saltar a su padre, el ex pertiguista estadounidense Greg Duplantis, y aprendiendo con él. Al principio fue un juego, como la pértiga de juguete, del tamaño de una caña de pescar, que le construyó con cuatro años. La pértiga fue creciendo, pero la colchoneta para practicar se mantuvo en el jardín de su casa en Lafayette, Louisiana, hasta que Armand tuvo 15 años. Por el camino había batido todos los récords mundiales por edad, de los 7 a los 13 años, y su padre había registrado todos sus récords, año a año, en una cinta de vídeo que demuestra el paso del Duplantis niño, que con 11 años ya saltaba 4 metros, al campeón actual.
Hijo de una ex heptatleta sueca, tomó la nacionalidad de su madre hace tres años. Dice que “hay que estar bastanteloco para hacer pértiga” y acaba de emanciparse: cambia la casa de papá y mamá por una habitación en la universidad estatal de Louisiana. ¿Hasta dónde saltará el ídolo juvenil? Él lo tiene claro: “Sé que no puedo llenar los zapatos de Bolt, pero quizás sí los de Lavillenie”