Ousmane se lo cree

DEMBÉLÉ EMPIEZA A SER EL jugador decisivo que se espera. No solo por compartir Tridente con Messi y Luis

Suárez. Su gol en Tánger le supuso un antes y después. Un tanto del extremo francés le dio el título de la Supercopa al Barça y en la ‘playa’ de Zorrilla su remate raso otorgó tres puntos muy importantes respondiendo así al respaldo absoluto que le está dando Valverde con su tercera titularidad seguida. Quizá porque está comprobando esa confianza, Ousmane abanderó en Valladolid el ataque blaugrana a costa de poner en riesgo su condición física con una determinación que le sumará confianza. No son un secreto los recelos y dudas que se esparcieron por el club a final de curso.

DEMBÉLÉ TERMINÓ LA CAMPAÑA dando la sensación de no haberse adaptado. Por sus hábitos y costumbres, alejadas de lo que es habitual en un equipo superprofesionalizado. Parece que venga del B, se escuchaba en los pasillos por su carácter retraído. No le ayudó su grave lesión en Getafe, ni sus recaídas, ni sus ausencias en los partidos clave por decisión del ‘Txingurri’. Tampoco los goles y la rápida adaptación de Coutinho, ni las comparaciones con Mbappé, ni por su puesto la pesada mochila de su precio, 105 más 40 en variables. Dembélé fue una apuesta personal de Robert que algunos nunca asimilaron, un jugador joven y explosivo que un año antes había costado 15 millones al Dortmund. Ya sin Robert que lo defendiera en la secretaría técnica, sacaron a pasear su nombre por el loco ‘mercato’ aunque el Barça siempre desmintió que estuviera en venta.

SERÁ DIFÍCIL ELIMINAR A DEMBÉLÉ del equipo, que tiene aún que sacrificarse más en defensa, pero es sabido que en Valverde anidan dos almas. En Zorrilla tiró de un 4-3-3 pero será interesante ver cómo afrontará los choques ante los rivales grandes y quién será el ‘damnificado’ para dar entrada a Arturo Vidal, que se perfila como la pieza vital para la presión ante las dificultades