Del ‘Bar Flor’ al Camp Nou con cabeza y sin reblar
La irrupción del Huesca no es un milagro, sino producto de una minuciosa gestión empresarial y deportiva
“Sin Reblar”. Tal y como dice su himno y figura en las paredes de El Alcoraz, el Huesca acude este próximo domingo al Camp Nou sin ánimo de retroceder tras lograr cuatro puntos en dos salidas consecutivas (Eibar y Athletic) y convertirse en el equipo de moda.
Toca ahora el Barça, lo que trae a la memoria que el equipo oscense viste de azulgrana porque algunos de los consejeros que fundaron su embrión en el año 1910, el denominado ‘Huesca Fútbol Club’ eran seguidores del FC Barcelona. Tras un par de nuevas desapariciones de entidades que intentaron recoger el testigo original, nació la actual ‘Sociedad Deportiva Huesca’ en 1960. El escenario, el conocido ‘Bar Flor’, establecimiento en el que se juntaron unos emprendedores para poner en marcha un proyecto que nadie podía pensar se vería este próximo domingo con el culé.
Hasta que en el año 2006 Agustín Lasaosa y José Antonio Martín Petón se metieran entre ceja y ceja llevar un día al Huesca a lo más alto del fútbol español, el equipo oscense deambulaba entre Segunda División B y Tercera, era sparring del ‘todopoderoso’ Real Zaragoza en amistosos de verano y vivió durante años a la sombra del Peñas de Huesca de baloncesto, un conjunto que enamoró a la ciudad.
Todo cambió con Lasaosa y Petón. Exfutbolistas ambos del club oscense, pusieron sus enormes conocimientos empresariales y deportivos al servicio de la sociedad. La consigna la han repetido varias veces: “si ingresamos cinco, gastamos cuatro”.
Especialmente conocido es Petón debido a sus apariciones en diferentes medios de comunicación como tertuliano. Es presidente de la ‘Fundación Alcoraz’, que es la máxima accionista del club. Además, es consejero delegado de ‘Bahía Internacional’, una de las agencias de representación más importantes del mundo.
El proyecto, por lo tanto, no está en manos de cualquiera. El primer éxito fue ascender a Segunda División en el año 2008 . Militar en el fútbol profesional ya era una gesta en sí. Pero la cosa no quedó ahí. Tras quedarse a las puertas del ascenso a Primera con Anquela en la promoción de 2016-17 ante el Getafe, la hazaña se consumó la campaña pasada.
Ahora verá convertido el exiguo presupuesto de 7 millones en la categoría de plata en uno más fastuoso que rondará los 50. Pero pese a esa diferencia, los directivos del Huesca no han perdido la cabeza y siguen sin tirar el dinero. Priman su estructura como club sobre todo lo demás. De ahí que no haya importado que hace dos temporadas su director deportivo, Lalo Arantegui, se marchara al Zaragoza. Ficharon a Emilio Vega y todo funciona parecido. Tampoco los cambios de entrenadores hicieron mella. Se fue Anquela y llegó Rubi; se marchó Rubi y ahora dirige Leo Franco, quien aunque con nula experiencia en los banquillos está en total sintonía con sus jefes, que además son amigos.
En cuanto a los jugadores, el objetivo ha sido intentar retener al má- ximo de los más importantes en el ascenso, caso de Moi Gómez, Cucho Hernández o Chimy Ávila. Se marcharon jugadores clave como el meta Remiro o el central Jair, pero se ha conseguido incorporar atrás al portero Werner o a los defensas Etxeita, Insúa y Luisinho. En punta, ha llegado una pieza codiciada por muchos equipos: Samuele Longo, además del extremo Gurler (fichaje más caro de la historia del club con 2 millones). El centro del campo ha recibido el empujón de la contratación de Musto y el ‘polémico’ Rubén Semedo, aunque ahí siguen mandado Álex Gallar o Gonzalo Melero, quien en su día fue descartado por Zinedine Zidane para su Castilla. Así es como una ciudad de poco más de 50.000 habitantes y un estadio de 7.500 plazas (tras la remodelación) está en la élite. Como curiosidad, Javier Tebas, mandamás de la LaLiga, fue presidente del club de su ciudad entre 1993 y 1998. Huesca tiene de todo. Huesca es pura magia
“Si ingresamos cinco, gastamos cuatro”, es el lema de Lasaosa y Petón, almas del club
Refundado en 1960, viste de azulgrana porque en su embrión había hinchas culés