VALVERDAZO
Firmó una soberbia victoria sometiendo a Sagan al sprint tras un final impactante en ligera subida Es su segunda victoria de etapa y se quedó a 37” del maillot rojo de líder al que aspirará hoy en La Covatilla
Valverdazo en la Vuelta a España. Jorge Cubero, Héctor Sáez y Tiago Machado se metieron ayer entre pecho y espalda la burrada de 190 kilómetros con temperaturas altísimas, superiores a los 40º, lo que acentuó el valor de su aventura en la 8ª etapa. Esos tres ciclistas valientes nadaron, pero murieron en la orilla tras esa escapada larguísima para dar paso al verdadero instante del día: la soberbia victoria de Alejandro Valverde sometiendo al mismísimo Peter Sagan en un impactante sprint en ligera subida, condición ideal para el murciano cuando está en forma, como es el caso viendo su rendimiento en la ronda española, capaz de vencer al eslovaco, rey del sprint y coleccionista de los tres últimos oros mundiales en ruta.
Es el segundo triunfo de etapa de Valverde, que ya doblegó a Michal Kwiatkowski en la segunda jornada, en Caminito del Rey. El murciano se queda a 37” de Rudy Molard gracias a los 10” de bonificación reservados al vencedor. Su arreón triunfal llegó en vísperas del final en el alto de La Covatilla, hoy la primera etapa subrayada en rojo, como el color del maillot de líder al que aspirará por méritos propios el murciano.
El final en ese puerto de categoría especial puede provocar el primer meneo serio en la general. Sus 9,8 kms al 7,1% de pendiente media y dos rampas especialmente exigentes al 12% deberían ser el escenario de la primera pelea vibrante en la montaña. Los ciclistas llegarán a meta tras 200,8 kms con otros tres puertos, el más exigente el Puerto Del Pico (1ª), 15,3 kms al 5,5% de pendiente media y una rampa final al 15% situado en el km. 52 de la etapa.
Antes de esa batalla, Valverde ganó ayer tras un día marcado por el atrevimiento de Cubero, Sáez y Machado. Como nadie era peligroso para la general, el pelotón permitió que el trío escapado ampliase rápidamente su ventaja, ya superior a los ocho minutos tras los primeros 20 kms de etapa.
Renta máxima
Los tres alcanzaron una renta máxima de 12 minutos largos, momento a partir del cual los equipos de los sprinters aparecieron en cabeza para empezar a controlar la distancia e ir reduciendo la ventaja: seis minutos a 60 kms de Almadén, tres a 30, dos a los 20 e inferior al minuto a falta de 10. Resultado: cazados a 6 kilómetros de meta. Nadar y morir en la orilla.
Efectivamente, el pelotón calculó sus esfuerzos como si fuera un metrónomo y dejó sin premio a los tres voluntariosos ciclistas. La gloria estaba reservada para Valverde, en estado de gracia y con licencia para soñar en grande a sus 38 años. Las tres semanas acostumbran a atragantársele, pero de momento está demostrando que está preparado para la batalla de Madrid y repetir su victoria absoluta de 2009, la única gran vuelta por etapas de un palmarés brillante con 121 triunfos profesionales. Veteranía, divino tesoro