Rafa Nadal, todo bajo control
“Lo pasé mal con Khachanov, pero estos partidos ayudan cuando ganas”, dice antes de afrontar hoy (18 h/Eurosport) a Basilashivili
Rafa Nadal y sus técnicos, Carlos Moyà y Francis Roig, aseguran tener todo bajo control. Ayer vivieron un día aparentemente tranquilo en Flushing Meadows. La sesión de entrenamiento, de apenas una hora, resultó relajante. Mantener el ‘feeling’ con la raqueta, y poco más, ya que el número uno mundial y vigente campeón del Open USA se dio una buena paliza física el viernes para someter al ruso Karen Khachanov y hoy afronta los octavos de final a una hora neoyorquina temprana para el programa habitual del balear en Grand Slam. Al mediodía, las seis de la tarde (Eurosport 1) horario peninsular español, cita con el georgiano Nikoloz Basilashvili abriendo el Estadio Arthur Ashe, una pista central de la que no ha salido el español en lo que va de competición.
Nadal sufrió, y mucho, para someter al joven Khachanov, a sus 22 años creciendo a pasos agigantados explorando su talento y potencial. Cuatro horas y veintitrés minutos de pasión y trabajo estajanovista. El manacorí se vio ‘break’ abajo para dos sets a cero del rival, y reaccionó. Tuvo bola de set en contra para llegar a la quinta manga, y la salvó para certificar el pase por 5-7, 7-5, 7-6 (7), 7-6 (3).
“No soy una máquina de tenis. Todo el mundo lo pasa mal. Seguí buscando soluciones y me superé an nivel mental. Son de esos partidos que te ayudan para el siguiente cuando los ganas”, subrayó Rafa Nadal, que sigue extendiendo una temporada muy efectiva, con 43 victorias en 46 compromisos.
Cinta de sujeción
Hubo alarma cuando solicitó la asistencia del fisioterapeuta tras perder la manga inicial. El ‘trainer’ aplicó un vendaje compresivo en la rodilla derecha de Nadal, la clásica cinta de sujeción que ha lucido cuando ha sufrido de tendinitis en esta maltrecha articulación. La misma que ya frustró la recta final del pasado curso, obligándole a decir adiós a París-Bercy y el Masters de Londres, por estrés.
Nadal descansó tras perder la semifinal de Wimbledon ante Novak Djokovic y lo ha vuelto a hacer antes del último Grand Slam de esta campaña dándose de baja de Cincinnati justo tras levantar el título del Masters 1000 ATP de Canadá, en Toronto. El jugador y sus entrenadores restan trascendencia a este vendaje, pero ante Khachanov no hizo un solo ‘ace’. Atendiendo a los antecedentes, el dolor se intensificaba en octubre y noviembre pasados a la hora de servir, en el apoyo en la pierna derecha como zurdo que es.
Sobrado de recursos y de moral, Nadal salió del paso. Fue un espectáculo para el espectador, aunque “yo puedo jugar mejor, mi sensación es que no fue mi mejor día”, significó. En la búsqueda de la excelencia, en su exigencia, está una de las claves de ese sexto sentido para dar más en situaciones comprometidas y saber competir con lo que tiene en cada momento. “Te da más felicidad ganar un encuentro así que no uno en el que has estado perfecto todo el rato”, comenta. Busca una cuarta corona en Flushing, 18ª de Grand Slam.
Basilashvili, verdugo de Bedene, Sock y Pella, es un pegador, aunque novato en octavos de un ‘grande’. A sus 26 años es 37º ATP, habiendo dado un salto por la corona del ATP 500 de Hamburgo en tierra, superficie en la que resultó arrollado por Nadal en Roland Garros 2017: 6-0, 6-1 y 6-0