La primera prueba

El Barça debe ser uno de los pocos equipos que no se contenta con ganar. Tiene que jugar bien, bonito, artesanalmente, ganarlo todo y dejando a distancia a cualquier segundo. Un título ante el Sevilla y cuatro partidos de Liga ganados, con el Madrid a dos puntos y el Atlético de Simeone a siete, no satisfacen. Ni siquiera a Ernesto Valverde que al término del encuentro en Anoeta dijo que se iba “un poquito preocupado”. No sé cómo se sentirá el día que sólo consiga un empate. A los resultadistas se nos considera vulgares, poco preparados para analizar un partido, futboleros de sofá, sin una pizca de imaginación. Simplemente, no creemos en la perfección. Me interesan mucho las palabras de Leo Messi desde que es el capitán del equipo. Habla con pausa, con inteligencia futbolística y, sobre todo, poniendo la prioridad de esta temporada en llegar a la final de la Champions y ganarla. La lección de Roma no se ha evaporado de la mente de Valverde, los Piqué, Rakitic, Luis Suárez, Ter Stegen, Alba, Busquets... La temporada empieza hoy a las siete de la tarde en el Camp Nou contra el PSV. Los 12 puntos de la Liga son un buen punto de partida, imbatido, más goleador y con todas las posibilidades abiertas para repetir el título. El reto es la Champions que el Real de Florentino exhibe con luz propia en toda Europa. Valverde podrá estar un poquito preocupado si hoy no obtiene una victoria contra los holandeses. Su apuesta por las rotaciones seguramente está pensada para salir vivo de las próximas europeas y recibir al Madrid a una cierta distancia en la Liga. Suárez y Dembélé van marcando goles y Messi ha adoptado el papel de arquitecto del centro del campo y del ataque. Coutinho es clave en este Barça imperfecto que aspira a ganar todos los títulos posibles, especialmente la Champions. Viendo el comienzo de las competiciones en Francia, Inglaterra, Italia y Alemania, los mismos favoritos de siempre encabezan las calificaciones. Es imprescindible pasar a octavos ante tres ‘grandes' europeos