El Qarabag vestido de PSV
El grupo del Barça es muy parecido al del Atlético del año pasado, que tenía a Chelsea y Roma y acabó estrellándose contra el campeón de Azerbaiyán
Nada más conocerse el sorteo de la Champions League que emparejó a Barça con PSV, Inter y Tottenham, hubo quien, ante el indudable potencial de los rivales, calificó al cuarteto como el grupo de la muerte. Lo sea o no lo sea (hoy, por ejemplo, nos parece más difícil el lote C con Liverpool, PSG, Napoli y Estrella Roja) la realidad es que, como mínimo, no será sencillo para nadie pasar ronda, por más que el Barcelona aparezca como lógico favorito.
El PSV, en cambio, suena a convidado de piedra y precisamente por eso se antoja como un rival de máxima dificultad. El campeón holandés no tiene nada que perder. Puede jugar con toda la ambición del mundo y sin presión. Barça, Tottenham e Inter, por este orden, son quienes están obligados a pasar ronda. Van Bommel y los suyos, acabando terceros, cumplirían sobradamente pero, seguro, querrán más. Justo por eso, hay que tomarse muy en serio al PSV porque será la clave del grupo. Cada punto que arañe a cualquiera de sus tres rivales, será oro molido para los otros dos aspirantes.
El grupo, para entendernos, es muy parecido al que tuvo el Atlético de Madrid el año pasado. Se trataba el Grupo C y enfrente tenía al Chelsea (el Barça se las verá con el Tottenham), a la Roma (el Inter será rival para los de Ernesto Valverde )yal Qarabag, que partía sin opciones. Como las del PSV Eindhoven ahora. Si se metía, como tercero, en la Europa League, fiesta mayor en Bakú. ¿Pero qué pasó?
Pues pasó que el Qarabag perdió en Azerbaiyán contra el Chelsea y contra la Roma . Y también cayó con estrépito en Londres y en el estadio Olímpico, pero le empató los dos partidos al Atlético de Madrid. Y esos cuatro puntos que todos daban por descontados, pero que acabaron tirados por la borda, echaron a los colchoneros de la máxima aspiración. El Cholo Simeone, dos veces finalista de la Champions, se vio obligado a pelear a muerte por la Europa League. Una competición que en ese momento, y en palabras de Gabi (su capitán), les parecía “una mierda de competición”, pero que acabaría siendo el salvavidas la temporada.
El Atlético ganó Europa League. Un consuelo, desde luego, pero antes un disgusto descomunal. En el fútbol no se gana a nadie sin jugar a un buen nivel. Ser favorito no sirve de nada. Lo que hay que ser es mejor y sólo siendo mejor se ganará al PSV aquí y en Holanda. Aquellos cuatro puntos que perdió el Atlético son vitales para clasificar al Barça