Liga, 0 Champions, 100
El premio por el título doméstico es jugar la máxima competición. Y da lo mismo ser primero que cuarto. La corona europea asegura una millonada
Dijo este verano Javier Tebas, presidente de la LFP, que el fútbol es un negocio y, desgraciadamente, así hay que contemplarlo porque las pruebas son inequívocas. Y no hablamos de ese viaje a Miami para el Girona-Barça. Hablamos del día a día con un titular que podría ser más aparatoso que este tan contundente: Liga, 0- Champions,100. Veamos.
El premio por ser campeón de Liga es jugar la Champions. Económicamente (más allá de los pactos de los derechos de TV) no tiene recompensa. En España, por coeficiente, da lo mismo ser primero que segundo, tercero o cuarto. Los clasificados van directos a la liguilla. No hay un incentivo económico por ganar el título. Con un ‘agravante’, el campeón paga primas millonarias a sus jugadores por la gesta y los otros tres se las ahorran.
Vayamos a la Champions League. El simple hecho de disputar la liguilla representa un ingreso de 15,25 millones para cada uno de los 32 clubes y además hay un bonus adicional del 30% en función del ranking de coeficiente por rendimiento en los últimos diez años. El líder del escalafón es el Madrid, tercero en la última Liga, cosa que le garantizará un ingreso de 35,46 millones. El Barça un poco menos: 34,34 que sumados a los 15,25 asegura un bote de casi 50 millones. A esta cantidad hay que sumar una prima de 2,7 millones por cada victoria. En caso de empate, 0,9 millones. Y por si fuera poco, caen otros 9,5 millones por clasificarse entre los dos primeros y llegar a octavos.
Esto significa superar la barrera de los 60 millones. Más dinero que el tope salarial de once equipos de primera división. La cifra se incrementa según se van superando rondas. Entrar en cuartos de final son 10,5 millones más, alcanzar semifinales, 12 y ser finalista, 15. El campeón se lleva cuatro más. Pero no hemos acabado aquí. Hay que añadir todavía un reparto del 15% de los ingresos por TV y patrocinadores.
Estamos hablando de más de 100 millones para el campeón de la Champions, a la que se llega sin necesidad de ganar la Liga. Ni tampoco es necesario ser segundo o tercero. Con ser cuarto se accede a una millonada que, económicamente hablando, convierte el campeonato doméstico en plato de segunda mesa. ¿A quién puede extrañarle que, según como vayan las cosas en diciembre, haya clubs que olviden el título de Liga para centrarse en la Champions?