La bandera perica sigue izada
Solo un cañonazo de un exblanquiazul logró tambalearla
El Espanyol de Rubi se fue de vacío del Bernabéu pero plantó cara los 93 minutos que duró el partido. La bandera de la ilusión perica sigue izada pese a la derrota. “Sin un trabajo perfecto y sin eficacia, nos tirarán la bandera de la ilusión a cañonazos”, afirmó el míster perico en la previa. Sólo la hizo tambalear un cañonazo del exblanquiazul Marco Asensio. Los pericos consiguieron que el Bernabéu pitara a los suyos. La afición blanca no veía al Madrid de la Champions, el de las grandes noches. Su equipo daba la peor versión liguera y los incondicionales se quejaron. Los de Lopetegui no esperaban encontrarse a un rival tan fuerte. Un adversario hecho a la imagen y semejanza de su técnico, Joan Francesc Ferrer, ‘Rubi’. Ambición y valiente son dos de sus palabras favoritos para afrontar los compromisos. El míster perico debutó como entrenador en Chamartín dejando un buen sabor de boca, pese al 1-0.
“Quiero evitar que en algún momento a mis jugadores se les pase por la cabeza la sensación de que es normal que nos marquen porque estos tíos son muy buenos”, dijo Rubi el viernes. Lo evitó y de qué manera. No es un Espanyol cualquiera, es de bandera porque puso el susto en el cuerpo en más de una ocasión a los blancos.
Lopetegui ensalzó en la previa al Espanyol afirmando lo mucho que había cambiado desde la llegada de Rubi. Es cierto, la transformación es abismal. Pero los jugadores siguen siendo los mismos que él no quiso convocar cuando era seleccionador de la Roja. Y no estaba David López (lesionado), ni el ahora exjugador del Villarreal, Gerard Moreno. Pero sí estaban sobre el terreno sus compañeros y demostraron que alguno podía y debía ser internacional. Un ejemplo: Diego López. El portero gallego hizo un partidazo.
Marco Asensio no olvida su paso por el Espanyol donde se dio a ‘conocer’ en Primera. Ayer le marcó por primera vez a su exequipo pero lo celebró sin la efusividad que le caracteriza
Los de Rubi, que se estrenó como técnico en Chamartín, dieron la cara hasta el final