El Leganés no levanta cabeza en Ipurúa
El Eibar sumó tres puntos de oro ante el Leganés gracias a un gol de Kike García en el inicio de la segunda mitad (1-0). Los armeros fueron superiores a un conjunto pepinero que sigue sin dar con la tecla adecuada y se hunde un poco más en la clasificación.
El Eibar arrancó el partido con fuerza. Encerró a su rival, pero le faltó acierto en los metros finales para convertir su dominio en ocasiones de peligro real. La primera reseñable tuvo a Oliveira como protagonista. A los siete minutos el central portugués se encontró el balón al borde del área y su disparo se marchó alto por poco. Al Leganés le costó estirarse y sólo Michael Santos, en una jugada que finalmente fue anulada, hizo trabajar a Dmitrovic.
Los locales continuaron con su dominio y una jugada bien llevada por la banda izquierda del ataque armero culminó con un centro de De Blasis para Enrich que a punto estuvo de convertirse en el primer gol del partido. El zurdazo de primeras del balear se estrelló en el larguero. En la misma jugada el delantero armero pidió un penalti que no pareció.
Los pepineros comenzaron a entender que la solución pasaba por buscar la meta rival. Encontró su ocasión a la media hora de juego. A la salida de un córner y tras la dejada de Siovas, Carrillo tuvo de cabeza el 0-1. Dmitrovic, con una gran intervención, evitó que se adelantaran los visitantes. Con el susto en el cuerpo, el Eibar bajó el ritmo y sólo Hervías intentó cambiar el resultado sin éxito.
El Eibar insistió en la segunda mitad y pronto recogió los frutos a su trabajo. Avisó Enrich con un disparo a bote pronto dentro del área que se fue a las nubes, pero en la segunda oportunidad llegó el gol. Centro de De Blasis al corazón del área, Enrich se adelanta a Siovas y su remate se vuelve a topar con el larguero tras tocar Cuéllar el cabezazo. El rechace lo envió a la red con la testa Kike García.
El gol del conquense varió el decorado del partido. Pellegrino movió el banquillo e introdujo a El Zhar, que pronto dejó destellos de su verticalidad. Los locales, por su parte, apostaron por el contraataque para poner la puntilla al partido. Pudo llegar de la mano de Kike García tras un pase al espacio de De Blasis, pero el chut del ariete armero se fue alto.
El último cuarto de hora fue un quiero y no puedo para un Leganés que no inquietó a Dmitrovic