CRISIS DE LARGO RECORRIDO
Florentino Pérez empezó a meditar medidas drásticas tras el 3-0 de Sevilla y los KO en Moscú y Vitoria lo reforzaron El presidente fue convencido por su entorno para evitar la destitución de Lopetegui, que se la jugará tras el parón
Las dudas sobre Julen Lopetegui en las altas esferas del Real Madrid no comenzaron en Vitoria tras perder ante el Alavés. Tampoco en Moscú después de caer en Champions frente al CSKA. No, las dudas comenzaron en Sevilla, en el Sánchez Pizjuán. El Real Madrid cayó por 3-0 dando una malísima imagen, sobre todo en la primera mitad.
Tras ese encuentro, se encendieron las alarmas en la cúpula blanca porque no les gustó lo que vieron en el césped del Pizjuán y tampoco en el banquillo donde Lopetegui no supo darle la vuelta a la situación. Tras ese encuentro, el crédito del entrenador vasco comenzó a bajar muchos enteros que apenas se recuperaron en el derbi ante el Atlético de Madrid en el que el Real mejoró su imagen, especialmente en la segunda mitad.
La Champions, habitual vitamina para el Madrid, fue otro desastre para los blancos con la derrota en Moscú ante el CSKA. Las alarmas encendidas en Sevilla aumentaron su intensidad con Lopetegui en el centro del huracán. Su continuidad en el banquillo blanco estaba ya en entredicho con muchas voces dentro del club diciéndole a Florentino Pérez que era el momento de cambiarlo. El presidente no quiso en ese momento aplicar soluciones drásticas, pero sí que comenzaba a darle vueltas a la cabeza sobre si la solución era cesar a Lopetegui. El técnico era el gran señalado, pero también los jugadores a los que los responsables blancos también consideran culpables de la crisis del Madrid.
Florentino Pérez acabó de convencerse de que debía destituir a Lopetegui el pasado sábado tras la derrota en Vitoria ante el Alavés. Su imagen sufriendo en el palco de Mendizorroza escondía un enfado con Lopetegui y el equipo que tuvieron que rebajar sus allegados. De hecho, la SER desveló que su idea era echar al técnico ese mismo sábado, pero le hizo cambiar de idea su entorno más cercano. A pesar de todo, en los mentideros blancos dan por destituido a Lopetegui aunque desde el club blanco deslizan que van a mantenerlo con el Clásico como plazo límite para la reacción del equipo. Si no la hay y el Madrid no gana a Levante y Viktoria Plzen, Lopetegui ni tan siquiera llegaría a sentarse en el banquillo del Camp Nou el próximo 28 de octubre.
La estrategia de los responsables blancos es mantener la mente fría esperando una reacción. Aunque en el fondo, la cúpula del Real Madrid, empezando por Florentino Pérez, espera a ver la reacción de la afición madridistas en los dos próximos partidos, ambos en el Bernabéu. Y es que para los dirigentes blancos, es mejor que la grada eche a un entrenador para justificar su decisión