Cosas (raras) que pasan
Deschamps, no Valverde, ha leído la cartilla a Dembélé. Ninguno de los fichajes del Barça, desde el verano del 2014, en la lista del Balón de Oro. Y lo de Malcom cada día llama más la atención
Estos viejos amigos de France Football, aprovechando que las Ligas están paradas por los partidos de selección, dan vidilla a los colegas para que nos entretengamos con la lista de los 30 finalistas del Balón de Oro. Un galardón que merece Messi pero puede ganar cualquiera. No no extenderemos, pues, en esto. Si a estas alturas de la vida todavía hay que convencer a alguien de que Leo es el mejor de los mejores, sinceramente, intentarlo es perder el tiempo. Vamos a otra cosa.
En la relación de finalistas, además del ‘10', aparecen Rakitic y Luis Suárez. Tampoco nos detendremos en este apartado. Nos fijaremos en que en la caprichosa lista no están ni Coutinho ni Dembélé. Por el brasileño se pagaron 120 millones y el tema puede llegar hasta 160. Por el francés fueron 120. Naturalmente tampoco Malcom está entre los nominado. El fichaje más caro del verano: 41 millones. Es decir que, a bote pronto, se han invertido 320 millones en delanteros que no figuran en la glamurosa élite de France Football. Cosas que pasan.
Tampoco está Sergio Busquets ,al que los especialistas en elecciones han instalado en la permanente injusticia de la ausencia pero, precisamente por eso, ya no es novedad que el mejor pivote defensivo del mundo vuelta a ser ignorado. Lo llamativo es que desde el verano de 2014, momento en el que se incorporaron Ivan Rakitic y Luis Suárez, ninguno de los futbolistas que ha firmado el Barcelona en estas últimas cinco temporadas - y han sido muchos (cuenten, cuenten) - esté nominado al Balón de Oro. Pero, bueno, en el fútbol pasan estas cosas tan raras. Y más. Por ejemplo las apariciones y desapariciones de Arturo Vidal en las redes sociales que, desde luego, le dan mucho mas protagonismo del que obtiene, mejor dicho, del que se gana en el campo. El guerrero ha puesto de moda su Instagram a partir de las sandeces que publica al terminar los partidos y que luego borra, se supone, porque alguien le ha hecho ver que no se debe publicar esas memeces. Una vez más, insistir en que un mando del club debería pararle los pies. El chileno no ayuda ni jugando ni sin jugar.
Raro, raro, raro, también es lo de Malcom. Valverde ya le puso en duda cuando llegó y por lo visto no le ha convencido nada. Lleva tres partidos sin ir convocado, pese a ser la gran apuesta del club, pero está concentrado con Brasil. De esta situación se han de decir dos cosas: es imposible que el extremo gane confianza si el entrenador no le da minutos y es imposible argumentar si los merece, o no, porque no le vemos jugar. De Malcom sólo suponemos y suponer es imaginar. Y este es un mundo real en el que deberíamos guiarnos por evidencias que no tenemos.
Y luego, para ir terminado (porque se acaba el espacio, no porque no pasen más cosas) está lo de Dembélé. Otra cosa casi paranormal. Esperamos y esperamos, pero no llega. Ousmane, a diferencia de Malcom ,sí ha tenido oportunidades. Ha metido goles jugando por debajo de su hándicap, pero su juego colectivo ha sido muy insuficiente. En cuanto le quitaron a él y salió Arthur , cambió el equipo. Y fue para bien. Dicho lo cual, nos iremos citando para mañana con la última referencia de Deschamps, el seleccionador francés, a su joven internacional: “Dembélé no es completamente consciente de las demandas del fútbol de alto nivel. Debe tomar nota de los requisitos que necesita para mejorar su regularidad”. Exacto