Suárez, también decisivo para que se quedase
Hubo peligro real de que Leo Messi se fuese del Barça en el verano de 2016 dado el mal momento anímico que atravesaba el crack argentino por culpa del fracaso con su selección en la Copa América (el tercero consecutivo con la albiceleste) y de su condena por fraude fiscal.
Uno de los que más se movió para evitarlo porque sabía exactamente cómo se encontraba el crack fue su amigo y vecino Luis Suárez. El uruguayo había llegado al Barça dos años antes, en 2014, y desde el principio trabó una gran amistad con el argentino. Se conocían de haber competido con sus respectivas selecciones y se admiraban mutuamente.
Suárez estuvo muy atento aquel verano al sufrimiento de su amigo Messi y cuando supo que se estaba planteando irse decidió actuar. Le pidió que no lo hiciese, que volvería a disfrutar del fútbol en el Barça y más estando juntos. Ya habían ganado un triplete. Además, Luis tiró de la vena sentimental ya que aparte de amigos eran vecinos en la localidad de Castelldefels y las dos familias habían congeniado muy bien.
Suárez dio ese importante paso para que Messi reconsiderase su decisión de poner tierra de por medio. En paralelo, en el vestuario, los pesos pesados del equipo, algunos canteranos como Leo y con muchos momentos vividos juntos con él (por ejemplo Iniesta y Busquets) también se movieron para convencerle de seguir.
Y el presidente Bartomeu, con la ayuda del vicepresidente Jordi Mestre, también tomó el toro por los cuernos. Incluso viajó hasta Miami para mantener una reunión crucial con Leo y reconducir la situación. Después hubo más contactos al más alto nivel en Castelldefels, donde viven los Messi. Y se logró el objetivo: el mejor de la historia no se fue del Barça
Bartomeu , el ‘vice' Mestre, Iniesta y Busquets sumaron esfuerzos por Messi